No he sido
nunca muy cinéfilo, pero recuerdo aquellas películas de los mafiosos, en las
que todos los matones iban a la sala del juicio y el “boss” le preguntaba al
juez, el fiscal, los testigos o a algún miembro del jurado, por sus hijos,
madres o resto de la familia, con nombres incluidos o con el nombre del colegio
o empresa donde asistían.
Difícilmente se
podía condenar a quien todos sabían lo que era, nadie estaba dispuesto a decir
lo que sabía, incluso era más fácil que el “boss” supiera cuándo había redadas
o le estaban investigando, con ello había algún accidente o visita amistosa,
sin ánimo de amenaza y se olvidaba todo.
Que usara a
los del barrio o la ciudad, para robar, drogar, asesinar, que extorsionara y
les obligase bajo amenaza a darles o hacer cuanto quería, era olvidado por los
que a veces eran premiados con una palmadita en la espalda, un puesto en la
banda, o llevar algún negocio aparentemente legal de la banda, vendiéndose por unas
migajas a los que esclavizaban a la ciudad, permitiendo vivir solamente a sus
sicarios o vasallos.
En ETA han
cambiado y dejado la mayor parte de las extorsiones, cuando alguien les ofreció
poder y dinero, información detallada de todos los ciudadanos, legalidad y
poder obligar incluso a los que piensan diferente a hacer lo que quieran desde
el poder. Han vivido bien en los países donde han estado, sus familias han
recibido dinero, han asesinado a quien osaba pensar diferente, han amenazado y
obligado a callar o han sido expulsados de la Comunidad Vasca, a los que querían
opinar o pensar, y todo porque dicen que es en nombre de los demás, que aceptan
la responsabilidad de los asesinatos y extorsiones.
En la
historia me acuerdo de un tal Ricardo, cuyo primo, Juan sin tierra, quería ser
rey para poder ayudar a los pobres ingleses. Mientras, se dedicó a recoger los
impuestos, a erradicar a quien se oponía, sabiendo que cuando fuese rey todo lo
que hiciese le sería perdonado por orden real.
También recuerdo
a un tal Arturo que fundó la “Tabla Redonda”, para proteger a los débiles y necesitados,
el honor y la dignidad. Hay Arturos que han inventado: “La Rueda de Molino
Redonda”, para que comulguen sus adictos, a los que les ha prometido que: lo
del Palau, las comisiones, lo de los expresidentes y familia, y el pasado, será
perdonado para los amigos que le mantengan en el poder, que todos los jueces y
profesionales que no lo hagan, sabe dónde viven y trabajan para premiarlos con
unas largas vacaciones o viajes al extranjero.
Todos sabemos
que si un súbdito puede quedarse con un 3%, un rey al menos puede hacerlo con
el 100%, por lo que puede prometer democracia a todos los que estén de acuerdo
y un billete de ida, como la canción de los Beatles, a los demás.
Lo que no me
ha quedado claro es si expulsará a SEAT (Sociedad Española de Automóviles de
Turismo), que heredó de la Hispano Suiza la fabricación de la patente FIAT, y
fue trasladada de Guadalajara a la zona franca catalana, por Franco. Probablemente
le buscará una traducción mejor, y cambiará el contrato de Volkswagen, a su
monarquía.
Es una cosa humana, que nos importe
poco el pueblo si no se deja usar, que lo importante sea lo mío, que queramos
quedarnos con lo bueno en las separaciones y que el pueblo siga yendo de
jilipollas con el mafioso de turno.
Todos sabemos que los corruptos son
los demás y que yo lo hago por el bien del pueblo, que lo importante es que las
leyes obliguen a los súbditos a obedecer y al poder para poder dirigir
libremente sin tener que rendir cuentas.
Libertad, libertad, libertad, a veces
una palabra que la pronuncia quien no sabe lo que significa, porque la Libertad
es una forma de vivir, de ser, de aceptar, no una palabra usada para decir: “Haremos
vuestra voluntad, os perdonaremos todo, haced con nosotros lo que deseéis,
gracias por adoctrinarnos, dadnos leyes para cumplir sin que vosotros tengáis
que hacerlo”.
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