Hay muchas ideas de lo que es el
nacionalismo, pero me gustaría escribir de tres de ellas: Los Nacionalistas, los nacionalistas y los adoctrinados nacionalistas.
La Nación de un Nacionalista es la
Humanidad. La de un nacionalista, es la Tierra. Un nacionalista adoctrinado la
tiene en su propio ombligo.
La Bandera de un Nacionalista es la
Humanidad. La de un nacionalista los demás. La de un nacionalista adoctrinado,
la que le han dicho.
El Himno de un Nacionalista es el
Silencio de la Humanidad. El de un nacionalista el Amor del Corazón. El de un nacionalista
adoctrinado, la Voz de su Amo.
Un Nacionalista encuentra la Humanidad. Un
nacionalista, busca la convivencia y el bienestar de todos. Un nacionalista
adoctrinado, busca al pastor.
Un Nacionalista es Humanidad. Un nacionalista
le guía su corazón y amor por los demás. Un nacionalista adoctrinado, dice sí a
lo que le digan.
Un Nacionalista tiene coexistencia en la
Humanidad. Un nacionalista convive en el respeto de las leyes, el bienestar de
los demás y en la honradez. Un nacionalista adoctrinado, no vive mejor por
culpa de los demás, mira su ombligo y sigue a quien seguro le roba, pues le
falta la responsabilidad.
Luego tenemos, a los que les están
robando aquellos a los que siguen, les adoctrinan, les engañan, repiten
mantras, les llevan a donde los ladrones estén a salvo y a que no se puedan
mirar ni tan siquiera su ombligo, pues lo único que les está permitido es mirar
el ombligo de sus pastores.
Hay un Nacionalismo, que es la
Humanidad, la humanización, la convivencia humana sin fronteras y clases,
porque Humanidad no es un conjunto de individualidades diferentes. Es la Unidad
indiferenciada de las diferentes individualidades.
Podemos seguir empequeñeciendo nuestra
nación, al mismo tiempo que nuestros corazones y mentes. Algo que no afectará a
la Humanidad, a la Nación, simplemente muestra nuestra propia pequeñez, nuestra
usura, nuestra estrechez, nuestra falta de entendimiento de la humanidad,
nuestro andar buscando pastores en lugar de guías, nuestro deseo de vivir sin
ser los responsables de nuestro destino, porque la única responsabilidad es
construir la Humanidad, en la que no puede haber la mínima percepción de ser
una Nación.
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