Cuando se lucha y se reconoce el bien, surge
el mal.
Por eso ser y no ser, se sustentan
mutuamente. Lo fácil y lo difícil, se muestran juntos. Largo y corto, se
definen uno al otro. Palabra y sentido se armonizan mutuamente. El frente y la
espalda, siguen el uno a la otra.
Esta es la Ley de la Naturaleza.
Por eso el Sabio se libera de toda acción, enseñando
sin palabras.
De cuanto nace y muere, al vivir poseyendo
nada, no hace nada para que nazcan o desaparezcan.
Dedica su vida a las Diez Mil Cosas, sin
crearles dependencia.
De su actividad, no guarda consciencia.
Es porque no guarda consciencia de su
actividad, que no puede ser privado de su Mérito.
Es al menos lo
que entiendo, de lo escrito.
Buscamos siempre
alcanzar, aquello que consideramos positivo, lo que nos han dicho que es bueno,
debido a nuestra propia interpretación de la Vida.
Casi todas
las personas, piensan que la Naturaleza de la Vida es el Amor, incluso aquellas
que piensan que lo que realmente existe es el desamor o el odio, ¿Cómo podrían
existir en un mundo donde no hubiese Amor?.
Pero es
precisamente esa Naturaleza, la que impide que en la dualidad pueda ser
destruida la negatividad, el mal, porque el Amor no puede negar o negarse a
Nada, no puede sino aceptar, incluso a la propia indiferencia.
Estamos firmemente
convencidos, que el cambio en la manifestación de nuestra expresión de la Vida,
está en el esfuerzo, la lucha, la destrucción de lo negativo, de aquello que
nos aleja de la Humanidad de hombre, olvidando que es el Amor lo que sustenta
el Espíritu de la Humanidad.
Es en esa no
posesión, dedicación de la propia vida, hacer en la no-acción, de donde nace el
no vivir controlado o inmerso en la dualidad, el ser movido de un extremo al
otro como hoja al viento, el no creer que podemos destruir o cambiar, algo o parte de lo que la Vida es. Reconociendo
ambas polaridades pero sin enjuiciarlas, utilizar nuestra actividad para que
independientemente de lo que aparece en nuestro ahora, ponerlo al servicio del
Todo.
En el convencimiento que no
podemos separar las dos mitades, porque no se puede crear un bien del que
seamos conscientes, del que podamos reconocer que es bueno, porque si algo es
bueno para algo o alguien, la propia dualidad nos dice que será malo para otras
individualidades o para sí mismo.
De cuanto nace y muere, al vivir poseyendo
nada, no hace nada para que nazcan o desaparezcan.
Dedica su vida a las Diez Mil Cosas, sin
crearles dependencia.
De su actividad, no guardan consciencia.
Es porque no guarda consciencia de su
actividad, que no puede ser privado de su Mérito.
Nadie puede privarnos de lo que
no poseemos, nada puede hacerse cuando somos la propia acción, cuando no
trabajamos para la Vida o cuanto en ella se manifiesta, porque existimos en la
Aceptación de Ser Vida.
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