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Yui Shin

viernes, 4 de diciembre de 2015

CAPITULO 3º - LA ACCION


traducción de JULIO PARDILLA
ARJUNA:
1. ¡Oh, Krishna! Si tu enseñanza es que el desapego es superior a la acción, ¿cómo entonces me pides que ejecute la terrible acción de la guerra?
2. En esta contradicción de tus palabras, mi mente encuentra confusión. Aclárame, te lo ruego, ¿por qué camino puedo alcanzar lo Supremo?
KRISHNA:
3. Antes te he hablado, ¡oh! príncipe sin mácula, de dos caminos que conducen a la perfección, el de la sabiduría de los Sankhyas, Jñana Yoga, y el camino de la acción de los yoguis, el Karma Yoga.
4. El desapego en la acción no es alcanzable mediante la pasiva inactividad. Ni la suprema perfección es alcanzable por la mera renuncia.
5. Pues el hombre no puede estar inactivo ni por un momento. Todo es impulsado a la acción irremediablemente por las tres fuerzas de la naturaleza: los tres Gunas.
6. Aquél que se abstiene de la acción, mas no aparta su mente de los placeres de los sentidos, vive en la ilusión y es un falso seguidor del Camino.
7. Pero aquél que, manteniendo todos sus sentidos bajo control y libre de apego, se entrega al camino del Karma Yoga, de la acción sin apego, éste es un gran hombre en verdad.
8. Haz tu tarea en la vida, porque la acción es superior a la inacción. Ni siquiera el cuerpo podría subsistir, si no hubiese actividad vital en él.
9. En este mundo somos esclavos de la acción, a menos que ésta se convierta en adoración. Realiza tus acciones con pureza, libres de la esclavitud al deseo.
10. Así lo hizo saber el Creador cuando hizo al hombre y sus obras como adoración: “Adorándole con tus obras, multiplicarás y colmarán todos tus deseos”, dijo.
11. Así complacerás a los Dioses y ellos te complacerán a ti. Y en esta armonía con ellos, podrás alcanzar el bien supremo.
12. Satisfechos los Dioses por tu sacrificio, te colmarán todos los deseos. Sólo un ladrón goza de sus dones y no los ofrece en sacrificio.
13. Los santos que comen de los alimentos que son ofrecidos al Señor, quedan libre de pecado. Mas la gente mundana que hacen fiestas para gozar de la comida, de este modo pecan.
14. El alimento da vida a los seres, y éste proviene de la lluvia caída del cielo. El sacrificio atrae la lluvia del cielo; es una acción sagrada.
15. La acción sagrada, tal y como describen los Vedas, se ofrece a lo Eterno. Y lo Eterno es Brahman, el que todo lo penetra; por lo cual, está siempre presente en todo sacrificio.
16. Éste es el ciclo de la Rueda de la Ley en continuo movimiento, y en vano vive el hombre que, malgastando su vida en placeres, no ayuda a este ciclo.
17. Pero el hombre que se deleita en el Espíritu, y en Él encuentra su satisfacción y su paz, ese hombre está más allá de las leyes de la acción.
18. En verdad, está más allá de lo que se ha de hacer y de lo que no se ha de hacer, y para realizar su trabajo ya no necesita depender de la ayuda de los seres mortales.
19. Por lo cual, actúa sin apegos y realiza el trabajo que debas hacer, pues el hombre cuyo trabajo es puro obtiene sin duda lo Supremo.
20. El rey Janaka y otros guerreros alcanzaron la perfección siguiendo el camino de la acción. Considera siempre el bien como tu meta y realiza tu tarea en esta vida.
21. En las obras de los mejores hombres, los demás encuentran su ejemplo a seguir. El sendero por donde anda un gran hombre se convierte en una guía para el resto de la humanidad.
22. ¡Oh, Arjuna! no hay nada que Yo deba hacer en ninguno de los tres mundos, pues míos son. No hay nada que tenga que conseguir, porque lo tengo todo. Sin embargo, aún actúo.
23. Pues si Yo no estuviese en continua acción de un modo incansable, los hombres que ahora viven siguiendo los muchos y diversos caminos adoptarían la pasiva inacción.
24. Si yo no hiciera Mi trabajo, estos mundos serían destruidos. Se originaría un gran caos y todos los seres se extinguirían.
25. Al igual que el ignorante ejecuta sus acciones apegado al resultado de ellas, el sabio trabaja desinteresadamente para el bien de toda la humanidad.
26. El sabio no debe confundir la mente de los ignorantes que actúan apegados al resultado de sus acciones; más bien, debe ejecutar sus acciones con desapego y devoción y así estimularlos a que hagan lo mismo.
27. En este mundo temporal todas las acciones suceden por intervención de los tres Gunas, fuerzas de la naturaleza. Mas el hombre, engañado por la ilusión del “Yo”, piensa: “Yo soy el hacedor.”
28. Pero el conocedor de la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones manifiestas, sabe que algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre otras. Libre entonces de su esclavitud, ya no pretende ser el hacedor.
29. Aquéllos que viven sometidos a la ilusión de los tres Gunas, se ven afectados por sus influencias. Mas no perturbe el sabio, que conoce el Todo, al ignorante que aún no puede verlo.
30. Ofréceme todas tus acciones, y no hagas caso a tu mente, depositándola en lo Supremo. Libre de pensamientos egoístas y esperanzas banales, lucha, sintiendo la paz en tu interior.
31. Todos aquéllos que sigan mi doctrina y tengan fe en Mí, realizando su trabajo con pureza y buena voluntad, definitivamente encuentran libertad.
32. Pero todos aquellos hombres ciegos que no siguen mi doctrina y actúan con maldad, guiados por su mente confusa, perdidos están.
33. Al igual que todos los seres siguen el orden de la naturaleza, también el sabio actúa de acuerdo con los impulsos de su propia naturaleza. ¿Qué necesidad hay de desobedecerla?
34. El odio y la ansiedad por las cosas de este mundo provienen de la naturaleza inferior del hombre. Malo es caer bajo estas dos influencias, pues son los dos enemigos del que recorre este camino.
35. Aunque tu trabajo sea humilde, realízalo sin sentir preferencia por otros más importantes. Morir cumpliendo nuestro deber es la vida, mientras que vivir envidiando el de otros es la muerte.
ARJUNA:
36. ¡Oh, Krishna! ¿Qué misterioso poder empuja al hombre a actuar pecaminosamente, incluso sin quererlo, como si no tuviese voluntad?
KRISHNA:
37. La ansiedad y la ira, que surgen de la pasión, son la fuente de maldad y el foco de destrucción: reconócelas como enemigas del alma.
38. El deseo lo oscurece todo, al igual que el humo oscurece el fuego y el polvo impide que el espejo refleje la imagen, al igual que el feto está cubierto por su envoltorio.
39. El deseo enturbia la sabiduría; es el eterno enemigo del sabio. Al igual que el fuego toma infinitas formas, lo mismo hace el deseo; y aún así, no puede encontrar satisfacción.
40. El deseo encuentra cobijo en los sentidos y la mente del hombre. Tras lo cual enturbia la sabiduría, produciendo así la ceguera del alma.
41. ¡Oh, Arjuna! Controla tus sentidos, eliminando tus deseos impuros; pues son los destructores de la sabiduría y la visión espiritual.
42. Enorme se dice ser, el poder de los sentidos. Pero aún más poderosa que los sentidos, es la mente. Y aún más poderosa que la mente es Buddhi, la razón. Pero aún más grande que la razón es el Espíritu, que habita en todos los hombres y en todo lo que existe.
43. Conoce pues a Aquél que está por encima de la razón, y deja que Su paz te dé paz. Sé un auténtico guerrero y mata el deseo, que es el más poderoso de los enemigos del alma.

yogui: quien realiza su trabajo desinteresadamente y sin apego.

          Hoy publico, este capitulo del Bhagavad Gita. Es una traducción que por su simplicidad al eliminar los infinitos atributos y naturalezas de los personajes, en forma de epítetos y nombres, aclaran algunas relaciones entre el creador y la creación, pero para los lectores que siguen más la narración, les complica la lectura y el entendimiento.
          Hay que leerlo como una narración en la que se intenta explicar, la Unión en un solo Todo, desde una visión elevada de la dualidad. Vemos la no-acción de la actividad eterna, la relación Espíritu-forma, la influencia y función de las emociones en nuestras vidas, y sobre todo el dilema de que habiendo sido enseñado en la adoración al Todo, al respeto a la Vida, la entrega y un mundo en el que lo importante es lo espiritual, ahora el mismo Krishna le dice que vaya a la guerra contra sus amigos y familia, contra sus maestros y conciudadanos, contra muchas de las cosas que ama, con las que desea convivir en paz.
          Es por ello que le explica el Yoga de la Acción, en la que más que una guerra hay que realizar un servicio de entrega, una no-acción, una función necesaria para la regeneración de su propio espíritu al luchar con sus apegos, no con los percibidos como enemigos externos.
          No podemos leer un libro como este, desde las palabras o una narración de una batalla, es la lucha de nuestra propia dualidad en la que la adoración no es hacia un Creador separado de la Creación, o la adoración de una Creación por su Creador, sino que la Adoración es la Naturaleza de ese Todo, que la Vida se muestra y manifiesta como Adoración y Amor, desde un Todo a las individualidades y desde las individualidades hacia el Todo, porque es una de las Naturalezas de la propia Vida.


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