EL DEBATE

          A veces cuando no hay nada que decir, es difícil organizar un debate que te aclare lo que alguien piensa. Lo que me ha llevado a algunas interrogantes.

          Cuál es el concepto de dignidad de una persona que: Pregona la corrupción a los cuatro vientos de otros grupos, insulta a personas sin tener en cuenta la presunción de inocencia, y como cualquier dictador, solamente acusa desde su opinión o visión de las cosas.

          Acusa de haber cobrado comisiones, lo que en el servicio público, es indecente y si se demuestra merecedor de cárcel.

          Pero comisión significa que se ha realizado algo, se ha dado puestos de trabajo y se ha aumentado el precio, porque quien realiza el trabajo, es difícil que pierda.

          Pero lo que me preocupa es que el total de sus denuncias son, ¿400, mil millones?, ¿qué concepto de dignidad se tiene?, cuando solamente en uno de los grupos de esta persona, no se han cobrado comisiones sino que se ha robado a pelo el total de: ayudas, dinero de parados, de cursos para dar nuevas oportunidades a los que no encuentran trabajo (parados), por valor de miles de millones y todavía no se ha enterado de ello, quizás porque no es interesante para tenerlo continuamente en las noticias y en las elecciones.

          ¿Qué concepto de la mujer tiene?, quien piensa que hay que hacer una ley para que la mitad de los cargos sean mujeres, en cargos de los que depende el bienestar de una nación, de todos los habitantes. No se si piensa, que las mujeres no están cualificadas para ocupar todas las plazas o que no son capaces de ganárselas. A mí siendo hombre me indigna que como en el gobierno de su compañero, se busque la mitad hombres y la mitad mujeres, y sirvan para destacar el brillo intelectual del Presidente.

          Por qué no hacer una ley para que sean ministros los más cualificados, pudiendo ser todas mujeres, si demuestran que se lo merecen más que los hombres. Una gran responsabilidad no es para señalar con un dedo o con ocurrencias, sino para ser ejercida por la persona más cualificada, sin depender del sexo.

          ¿Qué concepto de la vida tiene?, aquél que insulta a quien trata de proteger al más indefenso, al que aún no ha nacido, al que ha sido engendrado sin ser preguntado, a  aquél que tendrá que cuidar y producir el bienestar de quienes tratan de asesinarle. Que la mujer con sentimientos de madre o el hombre con sentimientos de padre, lleva a ambos a la protección del débil, les convierte en personas y casi humanos, ¿qué persona no quiere ser así?.

          Insulta, a quien piensa que una persona que no tiene conocimiento para ser responsable o votar, pueda vencer su culpabilidad o irresponsabilidad diciéndoselo a sus padres, para que la acompañen, protejan, aconsejen, le den soporte y ayuden a tomar una decisión, sabiendo que no está sola para la responsabilidad que toma, “matar a un indefenso o hacerse responsable de la indefensión del ser que ha creado”. Pero tomar una decisión sabiendo las acciones y la responsabilidad que acepta con su decisión.

          Pienso que quien quiera gobernar mi vida, el que quiera decirme cómo tengo que vivir promulgando leyes, si quiere mi voto, tendrá que darme explicaciones, sin promesas, porque no quiero que prometan lo que no pueden hacer, que quieran quitarme mi responsabilidad creando leyes, que controlen cómo tengo que vivir para hacerlo bien, quiero ser el responsable de mi vida, que me den la oportunidad de ganarme con competencia lo que obtengo, que no me ofrezcan una vida en la que no sea el responsable y el que tome las decisiones. No quiero subvenciones, ni una protección de lo público más allá de lo estrictamente necesario. Quiero una sociedad en la que la responsabilidad sea del pueblo y los dirigentes se dediquen a saber el significado de: Libertad diferenciándola de libertinaje, que sepan que se vive con esfuerzo no con irresponsabilidad, que hay que cuidar pero no sobreproteger hasta crear una sociedad aborregada de inútiles.

          Pero sobre todo quiero un dirigente que sepa lo que hacen los que están con él, por encima de lo que hacen otros. Que se llame corrupto a sí mismo sin necesidad de que lo diga un juez, cuando esté en el grupo con mayor corrupción de la historia de España. Pero para hablar de otros, tiene que hacerlo desde la dignidad y las leyes, porque no es un macarra, es el que quiere dirigir mi vida, el país donde vivo, crear las leyes que no tenga que incumplir por su ignorancia de lo que significa: dignidad, honradez, respeto a la individualidad, a la mujer libre y capaz, y sobre todo la dignidad y el respeto que se merece la Vida.

          Una persona que desea esa responsabilidad, tiene que mirar la mota en su propio ojo, tiene que comunicar sus proyectos y explicar cómo van a ser realizados y costeados. No dedicarse al insulto y a prometer lo que España y los españoles                                                                                                   que encuentran trabajo, no pueden pagar.