Es natural en
nuestros días, manejar la mayoría de los aparatos de casa y del trabajo con el
libro de instrucciones, el manual de uso.
Siempre hemos
aprendido las habilidades, por las instrucciones o ejemplo de quien sabía,
posteriormente y con la escritura apoyaban las enseñanzas con lo escrito. Con el
invento de la imprenta y la informática, el dar libritos o tablets con los
manuales, es de lo más simple.
Sigues las
instrucciones y todo es realizado y ofrece los resultados, según el librito.
Así que
cuando leemos los libros antiguos, con las explicaciones alegóricas de cómo se
creó la Vida, el Universo o las manifestaciones en la Tierra, hasta llegar a la
cumbre del hombre, nos parece ridículo el manual. Cualquiera puede comprobar
por sí mismo, que siguiendo las instrucciones no aparece un Universo, que al
menos con el barro, no somos capaces de fabricar o crear un ser animado, aunque
fuese un pequeño animal. Así que recurrimos al sistema de tumbarnos o que se
tumbe encima un espécimen de la misma especie y sexo opuesto, que es lo que nos
enseñó el método científico.
Leemos los
Sutras, la Biblia, las filosofías o religiones: indias, hindúes, japonesas,
maories, vikingas, celtas o de cualquier civilización antigua, y consideramos
imposible que sea real lo que explican.
Lo que entendemos
es que nos han fabricado unos seres superiores, que nos han modificado genéticamente
unos extraterrestres, que la Vida es algo espontáneo, que un dios se dedicó
durante un tiempo a crear figuritas y un día les dio vida. Más o menos como
cualquier fábrica, empresa o máquina, de las que cada día nos proporcionan cuanto
usamos.
Entendemos las
palabras de lo escrito, que normalmente en un manual de instrucciones, puede
explicar cómo fabricar, cómo usar, las características o la utilidad del
aparato, dependiendo para quién y la preparación de quien lo va a usar.
Las explicaciones
de los manuales casi nunca están escritas para los aparatos, ni tan siquiera
para los animales que van a ser partidos convenientemente para estar en una
carnecería, se les explica cómo tienen que ser troceados.
Cuando nos
explican lo que somos y nos identificamos con la explicación, es igual que
confundir el televisor con cualquiera de sus múltiples manuales o con sus
partes, todo es parte del televisor para que realice su función según nuestros
deseos, pero el televisor no deja de serlo en ningún caso. Puede ser un
televisor: en una caja, en piezas, parado, en funcionamiento, estropeado, roto,
etc. No importa quién o cómo ha sido fabricado, una vez que ha sido creado como
Televisor, nunca deja de serlo, porque puede ser las cenizas o el polvo de un
televisor.
Cuando nos
hablan del Ser Humano o del Universo, desde una experiencia de unión, las
palabras no pueden definir la experiencia, la Seidad experimentada por alguien,
es algo que leyendo el libro de instrucciones, tenemos que realizar personalmente.
Es leyendo el libro de instrucciones del televisor, convertirnos en televisor. No
se trata de fabricarlo, entenderlo, usarlo, se trata de Ser.
Esa es la
mayor diferencia entre un Libro Sagrado, un Libro de Sabiduría, o la Explicación
de Una Experiencia de Vida, y la lectura de un manual de instrucciones. No se
trata de quién nos ha fabricado, ni el uso idóneo para el que hemos sido
creados, ni tan siquiera nuestro funcionamiento. Se trata de Ser lo que el
Libro Explica.
Al no poder
percibirse nada a sí misma, cuando nos hablan de ego o de un yo, obviamente, no
se trata de algo que pueda existir fuera de nosotros, cuando nos manifestamos o
Somos: Vida, Humanidad, Amor, Todo, Buda, Vacío, Dios, por ser conceptos de Absoluto.
Siendo Todo
Uno, no puede ser percibido ese Uno.
Siendo Dualidad
no puede ser percibida.
Es por ello
lo que entiendo como: Individualidad o dualidad indiferenciada o no percibida,
que es la Seidad del Uno. En el que existe ese Yo que tampoco puede ser
percibido o el Ego que no tiene existencia, pero permite manifestarse las Leyes
del Yin y el Yang.
Es a partir
de la dualidad diferenciada, cuando hay percepción de una individualidad propia,
cuando se puede manifestar el ego y el yo, origen de la Ignorancia que habla
Buda como origen del sufrimiento.
No es una
cuestión de que haya que cambiar nada, es una cuestión de usar el manual de
instrucciones o Ser la Vida, la Humanidad.
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