En “El Libro de Mirdad”, la palabra
prohibida durante siglos era: “yo”. Cuando
Mirdad comienza a enseñar, la palabra sagrada, la palabra original, la palabra
de Dios, es: “Yo”.
Es curioso, cómo
las palabras, dependen del conocimiento o interpretación del que habla, también
del que escucha. Son el origen, del Babel particular de la abortada Humanidad,
las palabras, los nombres dados a las diferentes manifestaciones de la Vida,
que ayudan a que no podamos saber lo que realmente son, más allá de nuestra
percepción, de nuestra intelectualización de lo que hemos percibido.
Es el
entendimiento de las palabras que utilizamos al comunicarnos o definir las
cosas, lo que nos permite tener conciencia de la realidad que percibimos. Pero hemos
olvidado que su entendimiento, más o menos correcto, más o menos profundo, es
el camino que nos lleva a una sola meta: Babel.
Para entender
a Buda en su aseveración de la inexistencia de “ego”, en todas y cada una de
las manifestaciones de la Vida, o para comprender el “Yo, como palabra sagrada
de Mirdad, hay que remontarse al principio de los tiempos, antes de que la Creación
tuviese nombre, antes de que la dualidad se percibiese a sí misma, necesitando un
nombre, para diferenciar una parte con conciencia de otra.
Desde la
primera manifestación, ha habido una “Consciencia de Ser”, ha existido “Consciencia
de Individualidad”. Pero en ello, hay que centrarse en Ser. Es la Consciencia
la que va definiendo las Leyes Universales, la manifestación en la que
solamente puede existir el Uno en Naturaleza, su particularidad es que cada
individualidad es un “yo”, cada individualidad coexiste en Una Individualidad
que es “Yo”.
El Ser
significa que eres lo que eres, indiscriminadamente, sin conciencia de qué, sin
conciencia de separación. Porque siendo una individualidad, la Consciencia de
Ser, no te permite la separación, es la conciencia de ser una individualidad que
percibe la existencia de otras o que está integrada en Una mayor la que la crea.
Esto impide o
hace innecesario, el miedo como nosotros lo percibimos. Pero algo tiene que
haber, para que se establezca la dualidad y las leyes del Yin y el Yang. Para que
el Universo se conserve como individualidad, cada una de las que lo integra,
tiene que conservar su individualidad independiente, sin ser invadida por las
demás.
Esto hace
necesario las Leyes del Yin y del Yang, para conservación de la independencia
individual no diferenciada. La independencia individual integrada en la
Individualidad Absoluta, no diferenciada. Cuando una individualidad invade o se
une con otra, la consecuencia es la formación de otra nueva. Lo que siempre es
eterno, es la Seidad de las individualidades, en un Soy carente de percepción,
carente de ego, carente de yo.
Es en el
nacimiento de la conciencia, de la percepción de la individualidad propia, del
yo, de la concepción de separación respecto a otras individualidades, de las
dudas de la integración en la Individualidad, de la integración indiscriminada del
yo en el Yo, lo que nos lleva a necesitar nombres, palabras para definir las
individualidades que percibíamos, creando la Ignorancia origen del sufrimiento.
El miedo a ser destruidos en nuestra individualidad, lleva la protección
natural de las Leyes del Yin y el Yang, a atacar a otras individualidades para
defendernos, originando así el sistema inmunológico, las defensas violentas que
son la manifestación del miedo, del ego.
Cuando hablamos
de conciencia y de Consciencia, cuando decimos Ser, cuando pronunciamos Ego o
Yo, su significado depende de lo que nosotros entendemos. Independientemente del
diccionario, de lo que nos han enseñado, de lo que nos han dicho, es nuestro
entendimiento, nuestra comprensión la que le da Seidad a las palabras, porque
ellas son sonidos, que dicen lo que nosotros entendemos, es lo que crea Babel.
Pero las
cosas, la manifestación de la Vida, no tienen definición, no tienen comprensión,
no podemos convertirlas en una palabra, porque ellas no son lo que percibimos,
creemos o pensamos, ellas simplemente Son, pero no algo concreto, es una Seidad
en la que no tienen Consciencia de Ser, porque en su Seidad, son: Consciencia,
Ser, Yo, que hace imposible la conciencia de algo, incluso ser conscientes de sí
mismas.
Por eso la
Palabra Sagrada, la inexistencia del ego, no significa que en la Seidad, no estén.
Pero no es decir: "yo", lo que nos llevará a ello, no es la comprensión, es Ser Yo,
Ser Ego, lo que verdaderamente los condena a la inexistencia.
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