Pienso, que
hay pocas personas que no hayan visto la película de “Braveheart”, es increíble
lo que una persona puede amar al conjunto humano, integrado en el símbolo de una nación. Luchar no
por una libertad personal, sino por la libertad de un pueblo, de un espíritu de
libertad. No atacó a nadie, que sería tratar de esclavizar, sino que defendió
su dignidad, que es lo único que concede Libertad.
En nuestros días,
lo que triunfa es ser el padre del dubitativo posible príncipe de Escocia, el enfermo
de lepra entre otras enfermedades y ambición. No importa cómo, puede pactar con
quien sea, con todos a la vez, para tener la seguridad de que al final, estaría
al lado del vencedor para cobrar sus treinta monedas. Capaz de traicionar a
todos menos al ganador, sin principios, sin dignidad, solamente una cosa en su
mente, “El Poder, y la Riqueza”. Consciente de que los nobles, una vez que su
hijo fuera rey bajo el yugo del rey de Inglaterra, se arrimarían para recibir
las prebendas.
Pedro Sánchez,
al menos para mí, encarna a este padre en la política española. No le importa
realmente Wallace, simplemente pacta con él por si acaso, siempre sin alinearse
para poder traicionarle. Pero Wallace, no es el PP, es España, la que trata de
sobrevivir en Libertad y formando un solo grupo humano, a pesar de que algo en él
le dice que debería ser fiel a España, al socialismo le puede la influencia y
ambición de su padre, Pedro el Pactador.
La jugada
encendiendo velas: a Dios, al diablo, a la humanidad, a los horcos, al
purgatorio y a los santos de los políticos San Traición y Santa Corrupción, era
clara.
Lanzar al PP,
que incluso si Ciudadanos hubiese entrado en un gobierno de coalición con ellos,
habría sido derrotado en las dos vueltas, para eliminarlo definitivamente de la
batalla.
Pudiendo aceptar
cualquier petición y ofrecer lo que fuera, con tal de ser apoyado, simplemente
es cuestión de prometer, en la seguridad de que no importa lo que firmes, al
final si no te interesa, haces lo que en Castilla la Mancha, no cumples y ya
está. Aceptas lo que te propongan y lo que no puedas decir, lo prometes bajo
cuerda. Si consigues los votos suficientes y ganas, lo demás no importa, podrán
decir que no has tenido dignidad, que eres un traidor. Qué importa si eres el
rey, y todos se arrodillan ante ti, para que les des la limosna y un puesto a
tus pies.
Con quien
lograría más votos, es claramente con Pablo Iglesias y la izquierda residual
por su incompetencia, además comprados los independentistas, el camino quedaba
despejado. Pero se pasaron de peticiones, que no le dejaría contentar a los de
su grupo, pues no hay tanto para repartir entre tantos grupos.
Con lo cual,
pues se pacta con Ciudadanos, es lo bueno de poner velas en todos los altares,
que puedes prometer y rezar a cualquiera. Si al final no se puede pactar con
Podemos, se pacta con Ciudadanos, se les dice que si no tragan lo harán con
Podemos, lo que obligaría a Rivera tener que hablar con Rajoy, para que se abstenga y
España no caiga en manos de Podemos. Obviamente todo ello por el bien de los
españoles, representados todos en el poder de Pedro Sánchez.
Si al final
para que no se pacte el poder con Ciudadanos, Pablo Iglesias traga y baja sus
pretensiones y se conforma con que Pedro cumpla con algunos de su partido, concediéndoles prebendas, al tener más
votos y contentar a los Nacionalistas, Independentistas y a los presos Etarras,
si además consiguen que o bien por alguna propina o gilipollez mental, que Ciudadanos se abstenga por el bien de España y para que no gobierne el PP.,
pues todo perfecto, con los peores resultados se consigue el poder. ¿España?, qué
me importa España, soy el rey, nos quedará la lepra, la enfermedad del odio y
la ambición, la indignidad, la falta de principios, la mentira, el engaño, pero
conseguido el poder, es el hijo, España, quien hereda las enfermedades del padre.
Pedro tu
jugada está bien calculada, ahora nos queda saber, si entre los nobles hay
alguno que tenga dignidad, si su papel es a favor de España o de la limosna de
las prebendas.
Ciudadanos,
este es tu momento de decidir el papel que quieres interpretar: de palmero y
sujetavelas de Pedro el Ambicioso, incluso entrando en el gobierno, si no puede
pactar con Podemos. Traicionado y marginado, como gilipollas si lo consigue. O vendiéndote
por treinta monedas o un plato de lentejas.
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