No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

jueves, 7 de abril de 2016

VIENDO EL REFLEJO


          Miramos y hablamos de las religiones, viéndolas como algo que controla nuestras vidas, que nos dirige en nuestras acciones y pensamientos, que maneja y decide nuestra libertad.
          Cuando buscamos desesperadamente a Dios, cuando sentimos la más profunda soledad y abandono perdidos en la Infinitud del Universo. Nuestra salida al no obtener nuestras pretensiones, al sentir que no sabiendo realmente lo que tenemos que hacer, confiando en que alguien nos lo dirá, o que podremos seguir a nuestro ego con total libertad, negamos su existencia. Decidimos que una de nuestras creaciones y conceptos, no deseamos más que exista.
          Cuando al mirar nuestro ombligo reflejado en lo que nos rodea, cuando al repasar nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestros logros, nuestro propio hacer y lo que estamos aportando a la sociedad, pataleamos en defensa de ese yo que nos está defraudando. Culpando a la familia, a las circunstancias, a los amigos, a la soledad, a nuestras relaciones, a la sociedad, a que no gozamos de libertad debido a los poderes o a nuestros deseos.
          Mirando nuestra convivencia, no solamente con las personas, sino con nuestra Madre Tierra, con nuestro Padre Universo. Culpamos a los poderes, a los gobiernos, a la política, a los demás, a la sobrevivencia.
          Es este sentimiento de impotencia, esta falta de amor por nosotros mismos, esa desconfianza e inseguridad de nuestra valía, de nuestro propio ser, el que nos lleva a hundir la cabeza empujando firmemente, en el agujero del no querer saber, el no desear ver nuestra parte de responsabilidad, el no creer en nosotros, el confiar en que alguien vendrá a iluminar el interior del agujero y pondrá algo bonito para poder ver.
          Nuestro objetivo es almacenar amor, bien pidiéndolo, bien conservando el nuestro, defendiéndolo y ocultándolo para que no nos sea robado.
          Hemos olvidado lo que nos han dicho los Maestros, esos que mirando y viviendo la definición de Dios, escribieron la forma de relacionarnos con el Universo, con la Vida, con los demás en su más amplia acepción, con nosotros mismos, con unas reglas que nosotros mismos llamamos religión. Dijeron que Dios está en cada uno de nosotros, algunos decidieron que los hombres, pero el Maestro dijo, “Los demás”, sin exclusiones: “Los minerales, las plantas, el viento, los ríos, las nubes, los animales, el Universo, la Vida, ………………..”, pero lo hemos buscado en lo demás, leyendo literalmente las palabras. Pero ese demás, es cada “yo”, cada “individualidad”, porque nosotros somos lo demás, para los otros.
          No nos dijeron que Dios está en uno u otro sitio, sino en cada uno, en Todo. Por eso es difícil encontrarle, porque está en cada una de nuestras células, la religión está en cada uno de sus corazones, por eso no pueden existir, si les negamos a cada una de nuestras células manifestar lo que existe en ellas: “Dios”, no podemos percibir la Religión, si no permitimos que cobre vida en nuestros corazones, a nivel universal y celular, en todos y cada uno de los corazones.
          No podemos encontrar la Humanidad en los demás, porque la Humanidad somos nosotros y solamente puede ser percibida cuando lo eres, cuando la conoces, cuando la vives, porque es entonces cuando podemos ver nuestro reflejo en lo demás.
          Pensamos que hay corrupción en la política, pero: “¿Qué es la política, sino una más de nuestras actividades, de cómo nos reflejamos en el exterior, en lo demás?.
          No hay nada en el exterior que no sea nuestra percepción, del propio reflejo. Somos individualidades que se manifiestan creando otra individualidad. La última individualidad la hemos llamado Dios, que es el reflejo de todas las individualidades. El Universo con sus luces y profundas oscuridades, es el reflejo de las individualidades que existimos en Él. La sociedad, la Tierra, la política, los deportes, son simples manifestaciones nuestras, en las cuales vemos, lo que nosotros reflejamos en ellas.
          Somos los creadores de nuestro Universo, de nuestro Dios, de nuestros dioses, de nuestras entidades, que veamos una vida u otra depende de si nuestra percepción es desde el ego o el corazón, pero independientemente de la forma en la que lo percibamos, siempre será el reflejo de lo que somos.


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