No pretendo molestaros

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Yui Shin

miércoles, 6 de abril de 2016

EL SER


          Cuando nosotros hablamos de ser, siempre tiene que haber un algo o entidad, que es, que tiene que ser percibida para que el concepto de ser pueda ser percibido.
          Cuando los Maestros o las Teosofías, nos hablan del Ser, nos transmiten un concepto que está más allá del ser-noser. Nos hablan de lo que permite que algo sea, que es el lugar que tiene que ocupar, siendo imprescindible que no esté ocupado por nada para que algo pueda ser.
          Es por ello que el Ser, es cuanto se manifiesta en Él, siendo Vacío que acoge a todo lo que es, por eso el Vacío es Universo, es Infinito, Eterno, porque existe cuando no hay nada, exactamente igual que cuando existe Todo, y sin cambiar cuando todo se extinga. Siendo todo como Todo, es también cada individualidad.
          Desde este concepto, nosotros somos el que acoge a cada una de nuestras partes, ese sería nuestro Ser, del que cada una de nuestras partes o átomos, sería una individualidad absoluta.

Dhammapada, Capitulo XII,     EL SER
1. Si tu ser te es querido, debes velar por él en todo momento. El sabio ha de estar despierto y atento durante cada una de las tres vigilias.
2. Debes conocer aquello que es bueno y recto, entonces, y sólo entonces, podrás enseñar a los demás. De este modo, guiado por la sabiduría, siempre gozarás de paz y brindarás paz a los demás.
3. Según sea lo que enseñes a tu prójimo, así es como debes actuar. Sólo cuando aprendas a guiarte a ti mismo podrás guiar a los demás. En verdad, es muy difícil controlarse a sí mismo.
4.  Tú eres tu propio Maestro. ¿Quién podría serlo mejor? Un ego dominado es, en verdad, un Maestro muy difícil de hallar.
5. Tú mismo eres quien realiza una mala acción; ella nace de ti; y es por ti mismo causada. La mala acción destruye a quien la comete, del mismo modo en que el diamante pulveriza la piedra preciosa.
6. El que continuamente hace el mal es como la hiedra trepadora que termina sofocando al árbol; él se pone a sí mismo en un estado más deplorable que el que le pueda desear su peor enemigo.
7.  Es fácil hacer el mal y lo que es nocivo para uno mismo. Pero muy,  muy difícil es hacer lo que es bueno y provechoso.
8. El que desprecia los preceptos de los santos y de los hombres rectos es un necio que, como esos frutos que duran tan sólo un día, será causa de su propia destrucción.
9. Tú mismo eres quien comete la mala acción. También eres tú mismo quien se impurifica. Eres tú quien deja de cometer el mal, y tú mismo quien puede purificarse. La pureza y la impureza dependen de cada uno. No provienen del exterior. Nadie puede purificar a otra persona.
10. No debes dejar de realizar tu deber por cumplir con el ajeno, por más elevado que éste pueda parecer. Anheloso de alcanzar la Sabiduría, debes aplicarte a ella sin descanso.

          Cuando nos hablan de llegar al Ser, nos están intentando transmitir, cómo se relacionan entre sí las diferentes individualidades, de los Universos, en esa existencia, compartida en el Vacío del Ser.
          Amar al prójimo como a nosotros mismos, algo que no por oírlo muchas veces llegamos a practicar. Es más fácil dedicar nuestras vidas a los demás, que cumplir con nuestras responsabilidades, creando la libertad de los demás.
          Hacer el trabajo de otros, pensar que no serán capaces de realizar correctamente sus funciones, que no sabrán vivir y mejorar sus vidas cuando llegue el momento correcto, el no querer ver que lo que somos, la sociedad en la que estamos, nuestra convivencia, las situaciones sociales y las condiciones del mundo en el que vivimos, es lo que nosotros hemos creado, que somos los responsables a nivel individual de ello, que no podemos cambiar la vida de los demás, si no somos capaces de crear las condiciones adecuadas en nuestra propia vida. En todas estas acciones tratamos de evadir nuestra responsabilidad como individuos, nuestra responsabilidad personal como coparticipes en la búsqueda de nuestra humanidad, del Ser Único.
          Hemos creado una sociedad del conocimiento, olvidando que no es el conocer las cosas sino la empatía, la aceptación y el uso correcto de cuanto hay como medio de practicar nuestra creatividad, lo que debe llevarnos a la sabiduría.
Ser sabio no consiste en tener conocimientos. Ser sabio significa realizar algo desde la consciencia. La sabiduría es experiencia, no creencia. Es una experiencia existencial, no una referencia. La creencia es una proyección de la mente tramposa; te da la sensación de saber, sin saber.
          Al igual que el Ser acepta ser cuanto en Él existe, a nivel individual y Absoluto, nosotros debemos también alcanzar ese grado de Aceptación, de Amor, que no es posible alcanzar desde el concepto de entidad o de ser algo, de tener consciencia, de tener que iluminar u oscurecer algo, porque el Ser, no admite nada, ni el "más mínimo algo", solamente Vacío, Seidad, porque esa es la Naturaleza del Ser.
          Los Maestros nos hablan de actitudes, para llegar al Ser, pero no hay que llegar, porque nunca hemos dejado de serlo, todo cuando existe es Su Manifestación.


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