Fluir con: “El Tao, con las manifestaciones de la vida, con
las circunstancias, con el karma, con los imponderables”.
Fluir como: “El agua, como el aíre, como la Vida”.
Cuando observamos, fluir el agua, el aíre, vemos su suave
movimiento, su constancia en el camino trazado, su llegar a las metas sin
esfuerzo. Los percibimos en su movimiento en el espacio y el tiempo, en su
aceptación de las circunstancias que van encontrando a lo largo de sus caminos.
Pero el agua que desciende en gotas de lluvia, cuando quiere
cambiar el curso del río, lanza su voluntad en infinitas gotas hasta romper los
obstáculos que se lo impedían, cae gota a gota el tiempo necesario para horadar
la roca. Es el fluir que percibimos, que intentamos copiar, el que intentamos
aprender mirando el fluir del agua, del viento.
La Vida fluye aceptando nuestro deseo de cambiar todo, de
hacerlo diferente, pero para la Vida no existe el cambio, la impermanencia. Independientemente
de cuánto cambiemos el entorno, nuestras personalidades, las sociedades, el
fluir de la Vida no se realiza en el tiempo y el espacio, ocurre en “el Ahora”,
por lo que acepta lo que somos, algo que no puede cambiar, si no comparamos
diferentes “ahora”. Acepta desde el Vacío, siendo lo que somos, por lo que no
puede percibir movimiento, ni cambio, en el “Aquí y Ahora”.
A pesar de nuestra atenta observación, el fluir del agua y del
aíre, no son diferentes. El agua es nube, gota de lluvia, arroyo, río, mar,
hielo, donde todos sabemos que es agua, menos ella que solamente lo está
siendo. Siendo diamante, roca, árbol o hierba, célula o cuerpo, sigue siendo
agua, aún sin saberlo. La nube siempre es mar, la gota de lluvia ola en
movimiento, árbol creciendo, porque aun sin saber que es agua, aún sin saberlo,
ocupa su espacio, cambia en el tiempo, pero fluir es sin hacerlo, por ser el
fluir siendo.
Porque ser, no es una cuestión de espacio, tampoco se es en el
tiempo, no es queriendo ser, tampoco en el conocimiento, porque la aceptación
del fluir es: “Siendo”.
Parece que el fluir, es no tener voluntad, ser arrastrados por
el movimiento, pero no hay fluir sin libertad, sin “Libre Albedrío”, porque lo
que aceptamos es lo que estamos siendo, la libertad es lo que permite que no
sea por movimiento, ni por tiempo, sino el resultado de nuestra creación, lo
que hemos creado con cuanto existe, con todo lo que hay en el “ahora”, que es
el ahora eterno, en el que: “Se hace, no haciendo. Se crea siendo. Se fluye sin
movimiento. Somos los responsables, sin poder serlo”.
Fluir es la responsabilidad de haber creado lo que somos, pero
sin hacerlo, porque no puede crearse lo que estamos siendo, fuera del espacio,
fuera del tiempo. Fluir es estar en todas partes, ser todo sin serlo, porque se
fluye en un Ahora que es Eterno, donde no hay impermanencia ni cambio, al Ser
el Siendo.
Fluir, sin fluir, pues no hay nada fluyendo. Siendo Fluir, no
con movimiento.
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