¡¡¡¡¡Dios ha muerto!!!!!!!!, dijo el aprendiz de humano.
Desde entonces, hemos vivido en el Paraíso
de nuestras guerras, terrorismo, asesinatos, en nacionalismos del suelo que
pisan nuestros pies, causándonos dolor a nosotros y a los demás. Las semillas
del odio y la avaricia, del egoísmo y la irresponsabilidad, pueblan nuestros
bosques. La Tierra se ha llenado de agujeros, donde ocultan su cabeza los nuevos
aprendices de la deshumanización.
Los océanos se han llenado de las saladas
lágrimas de Dios.
Nuestras vidas, de la alegría del
sufrimiento.
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