Sabemos que el Sr. Otegui se siente
legitimado para representar a los ciudadanos vascos. Es algo de lo que tiene la
democracia, cualquier gentuza se siente con derechos y los demócratas le llaman
señor. No importa que la gentuza se llame así, por no respetar a los demás.
Los reyes de los barrios que llegan a
ser marginales, lo son porque sus reyes, sus amos, sus dirigentes, son los
mafiosos o los jefes de las bandas, los cuales no permiten que nadie piense
diferente, adoctrinan a los niños y en cuanto cumplen edad suficiente son obligados
o adoctrinados para que su vida pertenezca a la banda, su alma al jefe de ella
y no tenga más familia que sus componentes.
Una de las pruebas exigidas son
asesinar a alguien, que no importa si es su padre, su hermano o amigo, porque
cuanto más cercano, mayor es su compromiso con la banda asesina, de la cual es
imposible salir al menos con vida, pues en general hasta tu familia es
amenazada.
Su financiación es a base de impuestos
de protección de ellos mismos, robos, asesinatos, drogas, o simplemente sin importarles nada ni
nadie aparte de su banda y lo que mandan los jefes.
No se por qué es lo que me recuerda
ETA, hablar de buscar el bienestar y la independencia del barrio, cuando la única
condición es que solamente importan ellos y sus opiniones, que cuanto hay en el
barrio les pertenece y que les protegen para que no puedan liberarse de ellos.
Otegui es uno de esos jefes, con la
elocuencia de quien no sabe de más verdad que su propio ombligo, dispuesto a
asesinar o quitar de en medio a quien se interponga en su camino al poder. Frío
y paciente, es capaz de hablar de manera que hasta la gente le escucha, les
transmite y les habla de sueños y promesas que al igual que el mensaje de
cualquier mafioso o jefe de banda, depende de que le entregues tu alma.
Un impresentable, que no le ha
importado el asesinato, que ha vivido de la extorsión de ETA al pueblo vasco,
de los asesinatos, del tráfico, del robo, y del adoctrinamiento de una banda
que al igual que cualquier otra de las muchas que hay, son cuatro soñadores y
un montón de gentes sin principios en busca del poder y su bienestar, a los que
no les importa la vida de nadie, aparte de acojonarse cuando llegaba la guardia
civil, con armas como ellos, que gesticulan y se rebelan cuando se les ve,
sabiendo que en democracia se respeta a gentuza asesina como ellos.
He trabajado con gente de Azpeitia y
Azcoitia, he estado visitando fábricas allí y he sido invitado por ellos en sus
Txoko. Habiéndoles conocido en su tierra, no en profundidad pues eran visitas
de trabajo, pero sí sabiendo de su hospitalidad, su fortaleza y humanidad, me
resulta imposible que puedan apoyar a gentuza de esta calaña al menos para mí.
Apoyado por el PNV, cuya mayor decepción
ha sido cuando ETA formó su propio partido político, algo que habría sido imposible
bajo su mando, que consiste en expulsar o asesinar a cuantos piensen diferente
o se atrevan a pensar. Apoyado por Podemos que al ser de izquierdas todo les
está permitido, desde apoyar o aconsejar a libertadores como Chávez y Maduro,
como ser amigos de los asesinos de ETA, al ser progresistas y demócratas, que
no admiten que se les imponga la Ley o que haya que aceptar las reglas de juego.
No importa rechazar la Justicia o la
Ley, que se les pegue a los guardias que protegen a los ciudadanos, lo que
importa es la libertad de los “piquetes coercitivos”, los ocupas y los
antisistema, que buscan la libertad del pueblo, así como asesinos y gentuza
etarra.
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