Tenemos
teorías en las que el Universo y para nosotros la Tierra, se mueven por ciclos
o eras, las astrológicas y las de movimientos filosóficos o religiosos. Que hay
momentos, en los que el Universo manda sus energías superiores para elevar la
Consciencia de las gentes que vivimos en la Tierra y así podamos convertirnos
en Humanidad, guiados por ellos.
Cuando
Jesús comienza sus enseñanza, dice que ha venido para traer la voz del Padre,
para cambiar la enseñanza del: “Ojo por ojo, mosaica”,
para romper los velos de oscuridad que habían cerrado el nacimiento de la
Humanidad.
Viviendo
en la protección de la individualidad del yo, en la de: “Si
me haces algo me vengaré por generaciones, hasta que me temas, protegiendo así
el yo individual y familiar”. Esto hacía que los demás se lo pensaran
antes de atacarnos, lo primordial era la subsistencia del ego individual o
grupal. El grupo era dirigido, por el que era capaz de dar más miedo a los que considerábamos
otras individualidades.
Lo
que nos ofrece es, la apertura de la individualidad separada, la ruptura del
velo que impide que nuestra luz se expanda por el Universo, viviendo en la
oscuridad no por falta de luz, sino por la incapacidad de percibir la nuestra,
en el aislamiento de individualidad separada.
El:
“Amaos los unos a los otros, siendo un yo en el amor”,
es la ruptura de la individualidad en separación. No es el olvido de la
individualidad, sino existir en ella. El amor no rompe la individualidad, sino
que la hace crecer hasta ser la Individualidad Única en un Todo.
La
Era Crística, es el paso siguiente, al que nos había
llevado nuestro ego, es el nacimiento al amor a nosotros mismos en unión. Es la
responsabilidad de ser nuestra individualidad, formando parte del Todo, por
medio del Amor a las demás individualidades.
Es
la Voz del Padre, si miramos a nuestro alrededor, desde
las partículas más pequeñas, hasta los Universos más grandes tienen esta forma
de manifestarse en su individualidad.
Es
la entrega, la ofrenda, de “Nuestro Hijo”,
nuestra creación como individualidad, al servicio de toda la existencia. Es que
cuanto creamos en cualquiera de los niveles: físico, emocional, mental, etérico
o espiritual, es en beneficio de todos los seres, al igual que hace el
Bodhisattva. La entrega de “Nuestro Hijo”, nuestra Creación de lo que somos,
como parte indivisible del Todo.
Es
lo que rompe los velos que cubren e impiden, la percepción de la Humanidad,
existente en todo cuanto nos rodea. Somos humanos troceados y expuestos en la
vitrina de una carnecería, buenos solamente como alimento del ego.
Ser
Humano, es: no hacer, sentir o pensar, en ningún momento, algo que no encierre y
manifieste a la Humanidad. No hay ego en la Humanidad al ser Una, de haberlo
sería el ego humano en el que no existirían egos individuales.
Decimos
que hemos entrado en la Era de Acuario, otros dicen que será dentro de varios
siglos, otros dicen que son tonterías. Todos tenemos razón, pero sea verdad o
mentira, estemos en ella o no, deberíamos mirar qué es lo que significa: “Hemos
vivido el tiempo suficiente, para que comenzásemos a ser responsables de
nuestra humanización”.
En
todas las civilizaciones, hemos delegado nuestra responsabilidad, convirtiéndonos
en rebaños, balando las culpabilidades ajenas, creyendo que nuestras vidas están
dirigidas por los que portan nuestras responsabilidades, que nuestras
desgracias vienen originadas por cuanto nos rodea, que somos victimas de los
poderes: Divinos, religiosos, políticos, económicos, sindicales, empresariales,
machistas, feministas, de los ricos, de los pobres, ….
La
Era de Acuario, es el nacimiento de la humanización, en la que cada
individualidad se declara responsable de sí misma, ofrendando todo cuanto la manifiesta al servicio de Todo.
No
se trata de defender nuestra individualidad separada, tampoco ofrendar nuestra
individualidad al servicio de la individualidad dominante. Es la aceptación de
nuestra responsabilidad individual, amándola y respetándola, creciendo como
Amor, rompiendo cualquier atisbo de separación con Nuestra Individualidad Última,
el Todo.
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