En
el Mundo de la Felicidad había un enorme Monasterio, donde Buda enseñaba a sus
discípulos, bajo estrictas reglas y supremos esfuerzos.
Un
día los discípulos pensaron que quizás Buda estaba envejeciendo, debido a las
extrañas respuestas a sus preguntas y lo que decía hacer últimamente.
Estaba
Buda en profunda Meditación, cuando los discípulos acudieron a Él, solicitándole
que les impartiese alguna enseñanza.
“¿Por
qué me pedís que os explique una enseñanza, si en toda mi existencia no he proferido
sonido alguno?”.
Extrañados
por la respuesta, algunos cambiaron de tema, diciéndole a Buda que: “Habría
que limpiar el Monasterio”.
“Si
nunca hemos hecho nada, ¿Por qué me decís de hacer, de limpiar?”.
Los
discípulos sorprendidos por las extrañas respuestas, decidieron partir en busca
de un nuevo Maestro, considerando que la avanzada edad, Le había llevado a la
paz de la pérdida de la razón.
Vagaron
por los diferentes mundos y Universos, estudiaron con numerosos Maestros,
finalmente y cerca del fin de la Eternidad, lograron alcanzar la Gran Meta, se
transformaron en Maestros Buscadores de Buda.
¿A
quién puede hablar, quien no tiene ego?
¿Dónde encontrar el “yo”
que hable, que haga, que desee cambiar algo, en Buda?
Aquél
que busca, aquél que encuentra, es un Buscador de Buda.
Quien
sigue las enseñanzas de Buda, será Maestro con muchos discípulos.
Quien
vive en las enseñanzas de Buda, vivirá y llevará la paz a su alrededor.
Pero
solamente han llegado a “Maestros Buscadores de Buda”.
La
Enseñanza de Buda, es Ser Vacío, donde no cabe conocimiento, donde no cabe el
Maestro o el discípulo, donde no cabe ni tan siquiera Buda, porque lo único que
cabe en el Vacío es: “Todo”.
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