Me preguntas, ¿Cuándo terminaré mi casa?,
¿Cuándo terminaré su construcción?.
Estando vivo, cómo terminarla,
Podría yo.
Casa que construyes en vida,
Es hogar, tras tu adiós,
Que quien no vive, yace en sepultura,
Pasamos
nuestras vidas, en hogares combatiendo por supremacías del hombre, de la mujer,
de los hijos, sin darnos cuenta que eso apenas es una casa, aparte de por la
construcción.
Habitamos
en casas, por otros construidas, que no trasformamos en hogares, porque hogar
es: “Donde vive un solo corazón”.
De
la misma manera nos tratamos a nosotros mismos, construyendo una casa donde
habita nuestro corazón, el amor por nosotros mismos, nuestro ego, nuestro yo,
nuestro deseo, sin que para otro tengamos habitación.
Si
existe otra vida, ese será el lugar por nosotros construido para vivir, la casa
que habitaremos tras la perdida del cuerpo, porque viviremos en lo que somos,
en lo que hemos construido con lo que recibimos.
Confiados,
en un Dios que ha construido cielos para que disfrutemos en la nueva vida, para
que no tengamos deseos, ni necesidades, para que tengamos todo cuanto podamos
pensar. Hemos olvidado que en el cielo no hay casas, que en el cielo no puede
haber cosas separadas, sin que se pierda la individualidad.
En
el cielo solamente hay un corazón, Amor sin yo, Felicidad que incluye el
Sufrimiento, donde solamente se puede ir cuando has construido el hogar, cuando
en tu casa es incluido todo, en un solo corazón.
Esa
es la casa que tenemos que construir cuando vivimos, porque será el Hogar donde
en lugar de vivir Uno, vivirá solamente Dios.
Pero
en guerras, ambiciones, poderes, riqueza, sueños, utopías, perdidos, no
vivimos. No viviendo, no construyendo, solamente la tumba tendremos, donde
yacen los cuerpos y no puede vivir el corazón.
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