Zapatero hizo una Ley de Memoria Histórica,
donde la izquierda pudiese vengarse de haber perdido. Recordando solamente lo
bueno de matar curas, cristianos, quemar iglesias, monjas y gentes de derechas,
y lo malo de hacer lo mismo, con algo o alguien de izquierdas. La llamada
Memoria Histórica con partida, que no tiene nada que ver con compartida. La Memoria
parte de lo que nos diga la izquierda, para facilitarnos la vida y que no
gastemos el dinero en libros.
El nuevo, que a lo más sería Alpargatas,
que niega tres o más veces, a quien le saca de las malas situaciones que nos
llevan las ocurrencias del nuevo socialismo, nos ha amenazado con volver. Prometiéndonos
que acabará con la derecha, que nos dará la libertad de elegir a la izquierda
que queremos que nos gobierne y diga cómo tenemos que vivir. Nunca me ha
quedado claro, por qué los perdedores quieren matar a quien les gana, para
poder ganar. Muy inútil hay que ser si para ganar tienes que hacerlo o
bajándote los pantalones o sin tener con quién competir.
Si al final consigue que solamente tengamos
izquierdas, sin religión, sin reyes, sin poder elegir fuera de una izquierda-
izquierda, o una zurda-zurda, podremos vivir felizmente sin necesitar saber lo
que es la libertad.
Con Franco tras la guerra, fuimos un país
de alpargatas. Gracias al progresismo y al socialismo, a los zapateros y
alpargateros, podremos ir sin ellas, finamente podremos ir descalzos.
Nunca he entendido que en un país de
progreso, te quiten opciones de elegir, si no es porque te consideran
gilipollas.
Tienen la tercera vía, el gran Patxi, que
le creó problemas al PNV, pues cuando consiguió el poder gracias a esa “derecha”,
gobernó siendo más nacionalista que el PNV, quedándose entre Bildu y Valdemoro,
como dice el refrán.
Desde luego les diría que mejor se quedasen
con el PSC y el PSE-EE, pues es extraño que, en un país, una nación, donde lo
que se cría y prima es el buen jamón, el PSOE, tenga tanto tocino.
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