No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

domingo, 5 de febrero de 2017

CÁNCER

          Hace tiempo que tengo dos temas en espera, para escribir acerca de ellos, uno es el Ayurveda, que tendré que leer los apuntes que tengo de hace años, para plasmar lo que las palabras digan.
          El otro es un tema mucho más común y que difícilmente podemos leer cosas sin encontrarnos con él. Ya he escrito anteriormente acerca de mi forma de mirarlo, pero al parecer voy a hacerlo de nuevo. El tema es el cáncer.
          No teniendo estudios acerca de medicina, ni de dietética, ni contaminaciones, ni genética, ni todas esas cosas que producen cáncer en nosotros, solamente me queda esperar que las letras signifiquen algo que os ayude.
          Encontramos tantos métodos de combatir  el cáncer, descubrimos tan frecuentemente mutaciones y variaciones en sus manifestaciones, hay tantas cosas que lo producen o ayudan a que se desarrolle. Podemos desarrollarlo por respirar debido a la contaminación de aíre, al beber incluso agua, cuanto más con bebidas con contenidos químicos, puede llegarnos por los alimentos, por su tipo, por nuestro metabolismo particular, por la contaminación o manipulación de los alimentos, por comer caliente, por comer frío. Podemos padecerlo por tener relaciones sexuales y por no tenerlas. Por amar y por no hacerlo.
          Parece que sea de tipo vírico, de mutación celular, de consecuencias de contaminación, envejecimiento, forma de vida, emocional o mental, es algo que no podremos librarnos de él.
          Básicamente, es la autodestrucción de un organismo, el suicidio de unas células en su afán de destruir a aquellas que las sustentan. Podemos mirar cómo se llega a esta situación, podemos analizar la genética, las células, el aire, los alimentos, todo cuanto nos rodea. Probablemente encontraremos culpables: a los poderes, las grandes fortunas, la ambición de las multinacionales, los laboratorios médicos y si todo falla, podemos recurrir al de siempre, a Dios, que no se defiende.
          Hubo un tiempo, cuando no podíamos navegar por los océanos, que comenzamos a contaminar los ríos, lagos, bosques y montes. Matábamos animales y dejábamos sus restos contaminando el entorno, por supuesto la Naturaleza podía con ello. Los animales también contaminaban y producían CO2 con sus flatulencias y fermentaciones, sus grandes heces, sus cadáveres, todo ello contaminando el entorno, pero la Naturaleza podía con ello. La vegetación fermentaba, se pudría, produciendo contaminación en su descomposición, pero ¡Oh! La Naturaleza.
          Hemos contaminado, nuestro cuerpo. Lo modificamos con cirugías, para moldearlo a nuestra voluntad. Hemos contaminado y destruido la salud de sus: “ríos, mares, tierras, bosques, montañas, glaciares, acuíferos, aire, …”, no hemos dejado nada que no hallamos contaminado, hemos destruido su salud, le llevamos al borde del colapso, le tenemos en un punto que difícilmente podrá recuperarse, somos su “Cáncer”. Todavía nos extraña que lo que usamos de la Tierra, nos lo produzca a nosotros.
          Destruimos nuestro Cuerpo de Humanidad, con: “Ambiciones, guerras, odios, egoísmo,  creando el tipo de cáncer llamado “Inhumanidad, que morirá al mismo tiempo que la Humanidad, como todos los cánceres.
          Destruimos, nuestras mentes, nuestras emociones, nuestros cuerpos físicos, al no: “Respetarlos, amarlos, cuidarlos, alimentarlos correctamente, conviviendo en armonía, paz, amor y respeto por ellos, pero no hay cáncer que no actúe de esta manera, conquistar y destruir lo que le da la Vida. Una vez que lo consigue, muere y desaparece también.
          Tampoco nosotros, sobreviviremos a la Tierra, sea esta u otra, a nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros sentimientos, porque no podemos prescindir de nada de lo que conforma nuestra existencia, sin que perdamos algo de lo que somos.
Hay personas que viven atacándose continuamente, sin respetarse, sin autoestima, no siendo capaces de amarse y aceptarse.
Es solamente una cuestión de tiempo que alguna de sus células aprenda a vivir como la persona de la que forma parte, pueden vivir sin respirar, sin vivir, pero sobre todo destruyendo la individualidad de la que forman parte, destruyéndose a sí mismo.
          Olvidamos, que la genética es simplemente la información, de cómo hemos llegado a donde estamos. Que la energía que estamos rodeados, almacena también información de nuestras vidas, de nuestras personalidades y forma de relacionarnos con la Tierra y cuanto en ella hay. Que nuestras células, que nuestro esperma y óvulos, tiene cuanta información hemos aportado con nuestro vivir, desde millones y millones de años.
          Pero en nuestra incapacidad para aceptar la responsabilidad que tenemos, pensamos que las enfermedades, que el cáncer, es solamente para adultos, como si nuestros hijos no fueran herederos de lo que hemos creado, bueno o malo.
          Queremos erradicar nuestra naturaleza cancerígena y sus consecuencias, modificando cosas, sin cambiar las semillas que llevan a esas consecuencias, que somos nosotros.
          Quitarle las plumas a una gallina, una cada año, la dejará sin plumas, pero no evitará que sea una gallina.
          Si queremos erradicar el cáncer, deberíamos dejar de vivir como tal. Un cambio radical, hace innecesaria la cosmética.


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