Muchas personas se han
sentido conmovidas y tocadas en su fibra más profunda, por aquellos Maestros
que les contaron sus experiencias.
Es
curioso, que le hemos dado el mérito y la responsabilidad de sus palabras, de
sus enseñanzas, sin tan siquiera escuchar diálogos, preguntas, debates,
argumentaciones de los discípulos tratando de conocer o al menos saber: “De
qué estaban hablando, Qué era realmente lo que querían decir”.
Hemos
vivido culpándoles por lo que hemos entendido, les hemos alabado por lo que
entendimos nosotros, siendo que estamos alabando nuestro entendimiento de lo
que ellos dijeron, o de lo que nos han traducido, de lo que contaron personas
que lo oyeron, y algunas veces de los que escucharon.
Les
hemos atribuido los errores de sus enseñanzas, de sus religiones, de lo que nos
contaron de lo que no podemos ver por nosotros mismos, de que no han sido
capaces de cambiar nuestras vidas, de las sociedades que hemos creado, de
nuestros valores, de nuestras infelicidades y solamente nos hemos quedado con
la esperanza, de que alguien nos construya una vida mejor al dejar nuestros
cuerpos.
Apenas
sé lo que entendéis al leer lo que yo escribo, que pienso es simple. Cómo podría
yo culpar a mi Maestro de las lagunas de mi entendimiento. Cómo podría yo decir
que mi Maestro ha dicho lo que me fue traducido. Cómo podría yo culpar a mi
Maestro de lo que yo escribo o de mi vida, por mi entendimiento de las
traducciones.
La
Gran Duda, investigar hasta hacer nuestra la Enseñanza, ser responsables de la
Vida, pues no estamos separados de nada, no encontrar una Vida que sea “mía”,
ni tan siquiera un “yo” que la viva. Es dudar de nuestra propia mente, de las
emociones, hasta que realmente dejen de ser pensamientos o sentimientos, para ser “lo
que somos”.
La
Gran Duda, no es desconfiar de las Enseñanzas de Shakyamuni, sino realizar a
Buda en nosotros mismos. No conocer sus Enseñanzas, sino ser las Enseñanzas
mismas.
Alguien
nos aporta el conocimiento de su experiencia, nosotros ni tan siquiera
preguntamos, o al menos aportamos nuestro entendimiento para enriquecerle con él,
simplemente culpabilizamos a los demás de nuestro entendimiento.
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