Creemos,
que hay que prepararse para poder escuchar al Maestro.
Todo cuanto
nos rodea, todo cuanto somos, todo el Universo, están en continua conversación
con nosotros.
Pero el
Maestro solamente habla a quien escucha, no a quien oye.
Hay que
ser discípulo, para que haya un Maestro que nos hable.
Solamente
al discípulo de la Vida, no le puede hablar el Maestro.
Qué puede
decir el Maestro, a quien se postra y entrega a la Vida, siendo su discípulo.
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