No hay nada
más complicado que lo simple.
En el blog,
la frase de presentación: “Quien se busca, no
puede encontrarse”, es parte de lo que
percibo en la Vida, aun sabiendo que es contraria a lo que nos enseñan de
marcarnos metas, de tratar de llegar a sitios, a estados que son los puntos que
hay que encontrar para llegar a lo que pensamos que somos, a lo que siempre
hemos estado seguros de ser: “La cumbre, el
verso suelto, la imagen de Dios, sus creadores, la parte Humana de la Creación”.
Pero, ¿Quién
busca lo que ha encontrado?, ¿Qué buscador, no muere al encontrar?
Toda semilla
muere para que nazca la planta, todo árbol muere para que nos sentemos en la
silla. No hay nada que nazca, que pueda hacerlo sin que algo muera. Si pudiésemos
crear con la mente, sin usar materiales, incluso si lo hiciésemos sin usar energías,
tendría que morir el pensamiento, el espacio vacío, para que se materializase la
creación mental.
La única
opción de que nada muera, es ser lo que se es, donde nada nace, porque es el
Ahora exactamente. Pero tampoco se puede buscar, pues no hay nada que pueda
encontrarse, al no haber buscador.
Creemos que
eso evitaría la evolución, el movimiento de la Vida, el que logremos llegar a
alguna meta de las infinitas que recorreremos a lo largo de nuestra existencia.
Algo que miramos mal, porque existir en el Ahora, es simplemente salirnos del
tiempo y el espacio, la disolución del yo, pero seguimos siendo Vida. Es como
pararnos en la Tierra, incluso en la Vía Láctea, el Universo sigue moviéndose.
Es cuando
somos Universo, cuando no podemos movernos, cuando no podemos ser algo
diferente, cuando no podemos cambiar, porque no importa si hay estrellas o no,
seguiremos siendo el Universo.
Cuando somos
el Universo que somos, somos el recién nacido y el moribundo en cada ahora,
vida y muerte, el buscador que ha encontrado, la meta y la salida. Eso nos
impide movernos, impide que podamos buscar o encontrar, siendo solamente lo que
somos en cada ahora. Podríamos pensar que eso impediría nuestra evolución,
nuestro cambio, al no necesitar esforzarnos, pues: “¿Quién tiene que esforzarse para ser lo que es?”.
Si miramos
cuántos estamos buscando, cuántos encontramos algo de lo buscado, cuántos nos
esforzamos por alcanzar lo que no somos, donde no estamos, lo que no tenemos,
vemos que es lo fácil, tratar de existir en un lugar o una personalidad donde
no hemos llegado, que es lo importante para el buscador.
Pero lo que
es verdaderamente difícil, es simplemente existir en el aquí y ahora, ser lo
que somos, no tratar de existir en los lugares donde no hemos llegado, ser lo
que no somos aún.
Dice el Tao
Te King, que lo que podemos encontrar, lo que podemos alcanzar, no es el
verdadero Tao.
Todos sabemos
que por mucho que creamos algo, no es real en este momento.
Miramos en
el espejo, creyendo que es donde se percibe el reflejo de la realidad.
No somos
conscientes, de que nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro Espíritu, son
simplemente el reflejo de lo que somos, que lo que vemos, es simplemente el
espejo, que cree que lo que hay fuera, que lo que percibe de sí mismo, es el
reflejo de la realidad.
Es lo que
somos, lo que busca, es lo que somos lo que encuentra, pero el buscador , el
que encuentra, es simplemente el espejo, que percibiendo lo que hay en él, cree
que lo irreal es lo que hay fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario