Hemos puesto todas nuestras esperanzas, vivimos con la
fe, que será el Amor, el que brindará la felicidad a nuestra convivencia, el
que establecerá la Humanidad en la Tierra, con ello la Paz mundial y la de
nuestra alma.
Por si
acaso fallase este anhelo, hemos recurrido a confiar en el Amor de Dios,
atesorando en nuestros corazones la confianza, de que seremos salvados por Su
Amor.
Olvidamos la
dualidad, el Yin y el Yang, sus leyes, que establecen cómo funcionan y cómo se
manifiestan aquellos que no pertenecen a su categoría.
Escribo a
menudo, que Amor, no puede amar, que no puede existir en un mundo donde pueda
ser percibido, que saber del Amor, hace que lo percibido siendo amor, no pueda
ser “El Amor”.
Es el
mismo caso del Amor de Dios, el Amor no puede ser ni tan siquiera suyo, siendo
el Amor de Todo en sus individualidades, por ser Dios Todo, no puede saber que
hay algo que pueda ser amado, ni que Él es Amor, no puede tener Consciencia de
serlo, ni de manifestarlo, ni tan siquiera tener Consciencia.
El amor
que puede salvar nuestras vidas, nuestro mundo no es ninguno de los dos,
tampoco el amor de la sociedad, ni el de toda la Tierra, el amor que puede
brindar la felicidad a nuestra convivencia, la paz a nuestros corazones y
nuestras almas, la Humanidad a nuestra existencia en la Tierra, es: “Mi Amor”.
Es el Amor
de todos los “Mi”, lo que es el Amor de Dios, es el amor que yo doy y
manifiesto el que crea el Amor, porque es la propia dualidad manifestando en su
totalidad algo, lo que hace que algo sea Absoluto.
Cuando todos
los “yo”, amamos profundamente, es cuando nace el Amor Absoluto, que no puede
manifestarse, porque no puede percibirse a Sí Mismo, tampoco puede percibir
algo fuera a lo que amar.
Es cuando yo
me manifiesto como Amor amando, cuando se manifiestan: “La felicidad, la paz,
la Humanidad y se encuentra el Amor”. La Tierra, será siempre la que yo he
creado, la que yo percibo, porque el Concepto de las manifestaciones, solamente
existen en el Amor, como Amor.
Hay una
dualidad donde se perciben las manifestaciones de las individualidades. Hay un
mundo de los Conceptos, donde se manifiestan las individualidades, no como
duales, sino como Absoluto.
La existencia
de cada uno depende del otro. No pueden separarse. Pero es la dualidad que
manifestamos, la que decide cómo vemos lo Absoluto. Si amamos, el concepto
percibido de lo Absoluto es el de Amor.
No existe
más amor, que el que doy, porque no puede ser mío el que recibo, al no poder
ser poseído el Amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario