Lo que me
impresiona cuando miro alrededor, es que haya millones de gais celebrando el
orgullo de serlo, y que nadie celebre un día en el que sienta orgullo de ser
persona, sin mirar el ropaje, la apariencia o lo que dice ser.
Me pregunto
si se celebrase un día del orgullo heterosexual, si se prohibiría por
homofobia, y es que mirar el hábito, impide ver las personas.
Llegará el
día, que si ponemos más y más derechos en el platillo de la balanza de los
gais, lesbianas y transexuales, si no llegaremos a la falta de derechos para
heteros, pues no se puede poner en un lado sin quitar del otro.
Ahora la
homofobia, es solamente del lado hetero, pues los no alineados son libres de
decir, pensar y expresar libremente en la democracia.
Decimos que
son las represiones que han sufrido unas partes de la sociedad, algo que unas
veces han sido unos grupos y otras otros. Lo que no me explico es que si todos somos
personas, por qué no creamos una convivencia de personas en lugar de seguir
creando derechos por grupos.
Pero si no
hemos sido capaces de encontrar dos palabras que definan situaciones
diferentes, confío poco en que encontremos o sepamos que somos personas. Toda mi
vida he escuchado la palabra matrimonio, para la unión de un hombre y una
mujer. No puedo entender que si dos personas vivían en un mismo hogar pudiese
llamarse pareja, sin tener que usar la misma palabra de matrimonio, cómo, tanta
inteligencia desperdiciada no ha encontrado una palabra diferente para la unión
de dos personas del mismo sexo.
Los derechos
de los demás, tampoco deberían invadir los míos.
Es estupendo
que yo respete y acepte a los demás, pero me pregunto, si los demás no deberían
también respetarme y aceptarme a mí.
Y es que
antes que otra cosa, me siento orgulloso de ser persona. Mi sueño es ser
humano.
Celebrar fiestas
que no respeten el espacio de los demás, ni sus horas de descanso, no me haría
sentir que es un día de orgullo, porque el orgullo de las personas, debería
ser: tener principios, valores, respeto por los demás, no discriminar y sobre
todo no tener orgullo de ser nada en comparación a algo, sino en evitar las
comparaciones y la discriminación.
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