Los Maestros, nos han entregado su conocimiento, todo cuanto
han encontrado en sus experiencias, para que podamos, comprender, conocer,
saber, tener consciencia de lo que somos, de lo que es y significa cuanto nos
rodea.
No solamente nos han explicado para nuestro conocimiento lo
visible, sino que también nos han hablado de lo invisible.
Además, nos han dado la libertad de estar de acuerdo o en
desacuerdo, con su percepción, lo que ha originado los diferentes
entendimientos y el que tantos Maestros y maestros, hayan dado explicaciones
tan diferentes en apariencia.
Pero nos hemos limitado a encontrar al Maestro cuyas
explicaciones nos parecen más acertadas, las más cómodas de seguir o bien
simplemente aquellas que nos aportan una mejor vida para el cuerpo, o bien
hemos elegido lo contrario, las dificultades, el sacrificio, las prohibiciones.
Pero en la mayoría de los casos, no hemos buscado el
entendimiento y comprensión de lo que dicen, para el desarrollo de nuestro
propio conocimiento, sino que hemos acumulado nuestro entendimiento de lo comunicado,
luchando, creando divisiones con los demás, tratando de terminar con otros
entendimientos, incluso de las mismas enseñanzas, al no poder tener la
flexibilidad de ser los portadores del conocimiento, pudiendo y deseando aprender de otras experiencias y entendimientos, sino simples acumuladores
de lo que hemos entendido de otros conocimientos.
Olvidamos que los grandes Maestros al comunicar su experiencia
han coincidido en que no es el entendimiento o comprensión de su experiencia lo
importante, ni tan siquiera ponerla en práctica, que el mínimo del
entendimiento de una experiencia ajena es: “Tratar de vivirla”. De una manera u
otra, Jesús decía de vivir o existir en el Padre, San Pablo: Que hay que ser
uno en Cristo, para ser cristiano. Buda que: No hay nada que entender, que todo
es Vacío, que hay que Ser Buda, tener la experiencia de nuestra realidad
personalmente, para Ser Vacío.
Incluso el conocimiento popular, otro Gran Maestro, nos
recuerda que la única manera de comprender a los demás es: Calzar sus
zapatillas. No es la comprensión de lo que nos dicen, sino acoger esa experiencia,
ese conocimiento: Siendo ellos.
Buscamos, el saber de lo que experimentan los demás. El
conocimiento de lo que vivimos o experimentamos. Nos conformamos con el
entendimiento de lo que leemos, sin entrar en tratar de comprender desde dónde
pudo experimentarlo el escritor.
El conocimiento del que nos hablan los Maestros es el de Ser,
no el del saber o comprender: “Ser la experiencia, la vivencia, el escritor, el
lector, los demás, incluso tratar de Ser lo que somos, lo que estamos siendo:
Nuestra Realidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario