Hace días
o semanas que leo de nuevo, noticias de: exposición de fotos, conmemoraciones y
actos enalteciendo la falta de humanidad, de los asesinos sembradores del
terror, el miedo y la falta de capacidad de pensar etarra.
Viendo las
noticias de pederastas y violadores, que ponen sus fotos y vídeos en Internet.
De los
trasgresores de las leyes, que ponen en peligro a otras personas y usan
sus móviles para inmortalizarlo en las redes.
Y tantas
formas de mostrar la absoluta ignorancia de lo que es humanidad, y los mínimos
conocimientos de cómo es la convivencia entre personas.
Viendo el
número de visitas que puede recibir el acto de cualquier descerebrado, asesino,
violador o falta de respeto por los demás. O el número de seguidores que puede
llegar a tener una de estas páginas, no me extraña que al final, haya quien
piense que lo natural es: “La convivencia irresponsable o que hay que aceptar
que ganen las alimañas, porque es mejor y más cómodo, vivir sin pensar,
carentes de valores o principios”.
Siguiendo simplemente,
a quien hace lo que le da la gana, porque no respeta a nadie, porque no tiene
ningún sentimiento de empatía, porque solamente se mira el ombligo, su amplio
conocimiento le lleva a creer que todo está para servirle, para usarlo, para
desahogar su frustración de verse a sí mismo, alguien falto de humanidad, de
principios y valores, que tiene que suplir con verborrea y “El silencio de los
borregos”, las palmas de los cobardes y la miseria de los que les siguen.
Podemos verlo, no solamente en unos pocos lugares, vemos etnias, grupos sociales, mafias, cárteles,
grupos autollamados libertadores o terroristas y tantas formas de
enaltecimiento de la “Inhumanidad”, que tendríamos que preguntarnos, ¿Dónde están
nuestros valores?, ¿Nuestros principios?, ¿Nuestra Humanidad?.
Si somos
capaces de pensar sin ser adoctrinados, si hemos llegado al punto de que
nuestra cobardía nos lleva a no poder pensar o ver lo que sucede a nuestro
alrededor, si no habremos adoptado la técnica del avestruz, metiendo la cabeza
en el agujero de nuestro culo, para no oler la mierda en la que convivimos, o
es mejor no preguntarse.
Son noticias
que pasan casi desapercibidas por aceptadas, vemos tan natural la inhumanidad,
que solamente nos es suficiente el llamarnos: “Seres humanos”, aun sabiendo que es una utopía, una irrealidad, una
mentira.
A veces
para salvar el cuerpo, lo único que necesitamos es: “Vender o dejar que
asesinen nuestra alma humana”.
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