Llenamos nuestras
vidas con las peticiones para ser felices o amar a alguien.
Tienen que:
respetarme, se entreguen a mí, me dejen ser como soy, amen mis defectos y manías,
me cuide, esté cerca cuando necesito y me deje mi espacio cuando me apetece, sentir
seguridad y respeto desde su amor, no sé hasta donde podríamos seguir con las
peticiones de las personas que desean amarnos, pero probablemente nadie viviría
lo suficiente para leer las peticiones.
Lo fácil
sería:
Te amo
Sin saber quién eres,
Sin preguntar cómo eres,
Sin algo que pedir,
Si estás cerca o lejos,
Si me amas o me odias,
No pido respeto,
Porque amar
Es el respeto que tengo por mí.
Amo
No porque necesite que me amen,
Sino porque sin amor
No podría vivir.
Todos sabemos
que esto es imposible, que solamente Dios o la Vida, pueden amar así.
Pasamos la
vida de la humanidad, buscando: “A Dios, la Felicidad, la Vida, la Armonía, la
Humanidad, a alguien que nos ame de esta manera imposible”.
No sé, si
realmente nos será posible encontrar todo lo que no somos capaces de crear. ¿Cómo
puede tener Dios un Amor, que no somos capaces de recibir y por tanto no
podemos dar?
Todos pedimos
que nos amen de esta manera, pero quién puede ser amado así, si ninguno estamos
dispuesto a hacerlo, a ser el primero, a ser el único si es necesario.
¿Quién de
nosotros será el primero en amar?
Exigir que
nos amen: “Como somos, como queremos y deseamos, a veces indica nuestra
predisposición a no cambiar nosotros mismos por amor”.
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