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Yui Shin

sábado, 30 de septiembre de 2017

APUNTES DE REFLEXOLOGÍA-5.3

        El corazón, tiene como función, hacer circular la sangre, llevando oxígeno y alimento a todas las células del cuerpo, tiene un ritmo autónomo y es nuestro centro emotivo. En el feto está formado por una sola cámara que se divide en dos al nacer y respirar. Es difícil vivir guiado por las emociones y la mente de una manera equilibrada, esto es, que las dos actúen en una proporción adecuada para ella, en una persona. Por ello, el exceso o defecto de la actividad emocional del corazón, debe ser equilibrada por la mental del cerebro y viceversa. El exceso o defecto de dejarse guiar por los sentimientos, es la causa principal de los problemas de corazón.

          El corazón en sí mismo, es un órgano compuesto de tejido blando representativo de la energía mental que mueve la sangre liquida, que representa la emoción o sentimiento de amor principalmente. En la escritura china, hay un símbolo que significa corazón-mente, usándose indistintamente para uno u otro significado. Esto podría indicar su importancia, como lugar donde se equilibran y unen ambas energías.
          Está relacionado con el timo en la producción de células T del sistema inmunitario. A nivel psicológico, indica la capacidad o incapacidad, de cubrir o realizar adecuadamente las funciones o áreas emocionales importantes de la persona. Se relaciona con el amor, el cual produce: alegría, tolerancia, interés por la vida, sacrificio, y todo aquello que tradicionalmente se relaciona con el corazón. El estrés o el infarto, suelen darse en personas que han dejado desatendida o agotado emocionalmente alguna parcela de su vida, que desatienden la familia, por tener mucho trabajo u otras circunstancias, siendo que muchas veces, esa falta de atención es hacia nosotros mismos, nos aconseja que nos amemos a nosotros y lo compartamos y extendamos hacia los demás; también pueden ser producidos por un exceso de alegría. Hay que tener presente que la alegría y la felicidad, son dos aspectos muy diferentes, la alegría en exceso o defecto puede producir infartos o angustia, la felicidad es el bienestar de todo el ser.
          El corazón y pulmón son esenciales, para tratamientos de personas depresivas por ser los que se encargan principalmente de producir y filtrar el sentimiento de alegría.
          Los líquidos representan las emociones, al ser la sangre el líquido que circula saliendo del corazón y siendo este el centro y representación del sentimiento amoroso, los problemas de circulación de la sangre por una zona determinada, nos indicaría en el aspecto psicológico, que  hay un bloqueo o exceso en la capacidad de manifestación de los sentimientos de amor propios de esa zona (movimiento, acción o realización) o bien, que las vías por la que se mueve el sentimiento son deficientes en su capacidad y podría producirse el infarto. El haber desatendido o extenuado esa parte emocional, podría hacer que esa zona llegara a morir físicamente, quedando inutilizada o al menos disminuida. Siendo los temas del corazón bastante sutiles, podría también suceder, que no fuese que esta persona haya desatendido emocionalmente una parte de su vida, sino, que se sintiese desatendida por alguna persona querida.

          La presión sanguínea, tanto si es baja como alta indica personalidades que rehúyen los conflictos, por miedos o falta de confianza en sí mismos, siendo la forma y las tácticas para hacerlo diferentes. Las personas con presión baja se retiran al inconsciente y las de presión alta se aturden a sí mismos con un derroche de actividad, la mayoría de las veces improductiva e innecesaria y excesivo dinamismo; a veces es también una indicación de agresividad reprimida por un exceso de autodominio. En la vejez al perder flexibilidad y elasticidad, la comunicación se entorpece y la presión sanguínea aumenta.
          Hipertensión: El exceso de tensión emocional, se corresponde con frecuencia con una alta presión sanguínea o una tensión nerviosa intensa. La causa reside en un profundo temor y la falta de confianza, la sensación de que corremos un peligro constante y debemos estar alerta. Esto puede atribuirse a alguna experiencia traumática en el pasado. Para mejorar la situación, una respiración profunda y una buena relajación resultan esenciales.
          La hipertensión indica, que los conductos por donde circula la sangre son estrechos para su caudal o bien que el caudal es excesivo para el diámetro o estado de dichos conductos, por lo que se restringe así el flujo de sangre a través de todo el cuerpo. Se trata de un factor fundamental en el origen de ataques cardíacos e infartos.
         La presión alta indica por tanto, el conflicto entre una efervescencia, un surgimiento de emociones relacionadas con el sentimiento de amor del corazón, hacia los demás o nosotros y la inseguridad, que se traduce en: odio, insatisfacción, dolor moral, emociones sin expresar que están embotelladas, etc. La inseguridad también produce: el nerviosismo y la ansiedad que inducen al pánico, al miedo de que el amor en nuestra vida no sea fiable. Antes de que esas emociones bloqueen los canales de expresión (las arterias) debemos desahogarlas, para equilibrar la presión arterial.
          La hipotensión señala una supresión de energía. Siendo lo contrario de la hipertensión, su origen también está en la inseguridad, la cual nos incapacita para mostrar nuestros sentimientos. Al no sentirnos con confianza para aceptar la responsabilidad de nuestras vidas, ni de sus circunstancias, huimos de las situaciones creando una falta de caudal emocional en nuestros conductos, que produce que su presión sea baja o bien mostramos un pasotismo o desinterés, que hace que el caudal emocional parezca que se mueve por canales ilimitados, casi inexistentes, por lo que no nos produce tensión.
          Al ser algo que no puede hacerse en un mundo real a nivel profundo, esta actitud va creando conflictos no resueltos que antes o después se manifestarán en nosotros como enfermedad o en un sentimiento de falta de referencias que puede llegar a abrumarnos hasta el extremo de hacernos perder la conciencia.


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