Soy de una
de las generaciones que ha sabido lo que es la satisfacción. No creo que existan
muchas personas nacidas en ella que les preguntes: “¿Que es satisfacción?” y no
te conteste con rotunda seguridad que: “Una canción de los Rolling Stones”. Ser
piedras rodantes como en un fluir, o en un sentido figurado: vivir drogado
fluyendo sin vivir. Una música que nos permite la felicidad de poder existir,
sin necesidad de ser responsables, sin poder existir en la satisfacción de ser,
sino en la insatisfacción de no saber qué somos.
Dice Hermann Hesse, que Siddharta tras buscar un guía incansablemente, incapaz de vivir el Vacío
de Siddharta Shakyamuni, se sentó a la orilla del río, para verlo fluir. Un día
perdió el yo en ese fluir, otro fluyó con el río, encontrando la insatisfacción
siendo río. Lejos de un yo que fluía, otro yo que fluía se hizo río, pero no
pudiendo ahogarse, dejó de ser lo que siempre sería: "Siddharta".
Shakyamuni
buscó incansablemente el Vacío, al Ser, a Buda, a su Naturaleza, solamente
encontrando el fracaso, una y otra vez, solamente el fracaso y la insatisfacción
fueron alcanzadas. Dicen, que un día sentado a la sombra de un árbol se olvidó
del yo levantándose como Buda. Tristemente Buda no puede levantarse, sentarse,
tumbarse o hacer las múltiples posturas de sus estatuas, por lo que el pobre y
triste Shakyamuni, encontró la satisfacción plena, al levantarse como
Shakyamuni, dejando de escuchar la: “Satisfacción de los Rolling Stones”.
Dicen que
el agua encuentra su alegría y la felicidad, en su fluir. Lo difícil es la
comprensión, la consciencia de su fluir. Siddharta contempló el fluir del agua
del río, sintió que estaba en las nubes, en las montañas y en el mar, sin dejar
de ser río, sin dejar de ser agua, encontrando algo que le hizo sentir
satisfecho.
El agua
está en las rocas, en la sequedad del desierto, en la lluvia, en las hojas, en
el aíre, prácticamente en nuestro planeta está presente en todo. Encajonada entre
rocas o tierra, va donde la llevan las orillas, se hunde en la tierra, se hace acuífero
cuando se ve rodeada de roca o cieno, sube a las nubes con el calor y es
lanzada contra el suelo por el frío, siente que no puede fluir cuando el frío
es excesivo, pero no deja por ello de fluir: “En todo momento no ha dejado de
ser agua”, su fluir siendo agua, es estar aquí y ahora donde está sin moverse. Ser
lo que es: “Agua”, en cualquier tiempo, espacio y manifestación, a esto se le
llama: “El fluir del agua”.
La satisfacción
del agua no está en ser dirigida, constreñida u obligada a tener la forma de: “Las
orillas, las rocas o donde es contenida, estancada, frenada en su fluir”. La
profunda y verdadera satisfacción del agua la consigue siendo agua, en un fluir
que carece de movimiento, que carece de ser agua, para ser: “La Seidad, sin
importar qué”.
Queriendo ser
Buda, olvidamos que Él es Todo.
Queriendo fluir
como otra cosa, olvidamos que fluir es ser lo que eres.
Queriendo encontrar
la satisfacción, olvidamos que encontrarla, solamente puede hacerlo la
insatisfacción.
Buscando la
satisfacción, olvidamos que Satisfacción solamente se encuentra en ser lo que
se es.
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