LOS PARTIDARIOS DEL %

          Siempre me he preguntado: ¿Dónde encontramos a nuestros políticos los españoles?

          A veces, tengo que explicar que sí, que soy español, pero de una parte donde no hay tienda de políticos, que hubo un rey y un Papa que concedieron unos fueros por los que no podían nacer políticos en la zona.

          Seguimos con los “partidarios”, tratando de partir como es su obligación, lástima que no “partan” para otras sociedades, donde mirarse el ombligo sea lo natural.

          Queman banderas que pertenecen a países, a naciones legalizadas, que reúnen todos los derechos a llamar bandera a ese trapo, con unos colores y características determinadas. Mientras esos demócratas incapaces de respetar a los demás, van detrás de un trapo que todavía no es bandera, que a pesar de ser anterior por no mucho, simplemente representa al 3% o incluso según se dice, un 20% o más.

          Hay también un sentimiento de los seguidores y adoctrinados, de los creadores de ese sentimiento del 3 o 4% por ley. Pero como es dicho: “No permitas que tu mano izquierda sepa lo que hace tu mano derecha”, cuando eran de derechas y se llevaban el 3%, tenían una bandera con la estrella con fondo amarillo, que era más de izquierdas. Cuando se dicen de izquierdas, para que no se acuerden del pillaje por el cambio de pelaje, ponen el fondo en azul para que no se les reconozca.

          Lo sorprendente es que funciona, que si un ladrón señala al policía y grita, seguido y fuerte: “Al ladrón, al ladrón, al ladrón”, la gente corre detrás de él y lo lleva ante el juez.

          Pero con lo que de verdad estoy de acuerdo, es con lo de las urnas y su democracia.

          Soy un matón y abusador de colegio, tengo montones de amigos y los demás me tienen miedo, por lo que dirán lo que yo les diga. Así, que gracias a estos políticos catalanes, voy a poner urnas en mi colegio para votar si se legaliza: “El abuso escolar”, porque es que si no, lo mismo mis padres me tienen que comprar las cosas y ponerme bocadillo.

          Como un día creceré y me convertiré en jefe de la banda del barrio, o mafioso. Pienso poner las urnas para que se legalice el proteccionismo y el ayudar a los demás a satisfacer sus instintos y fantasías sexuales por un módico precio, prohibiendo además la entrada de la policía en el barrio, por ser nosotros autosuficientes.

          Si un día me canso, firmaré un pacto para poder formar un partido político y seguiré con mi vida.

          Otras ideas que tengo son: “Poner urnas, para segregar el Condado de Barcelona del resto de Cataluña, porque somos los que recaudamos la mayor parte de los impuestos. Poner urnas en los barrios ricos de las ciudades, con unos Fueros para que sus impuestos se gasten en ellos solamente. Hacer un referéndum por barrios para autorizar las violaciones, las drogas y la pederastia", legalizándolas donde se obtenga mayoría.

          Como dice el refrán: “En el país de los ciegos, ……”.

          Las cosas no son verdad, porque se repitan mucho o mucha gente lo diga, las verdades son verdad porque pueden verse sus resultados.

          Si hay solamente una persona que dice que está lloviendo, y un millón de borregos dicen que no está lloviendo, lo mejor es llevar paraguas.

          Pienso que el independentismo es una equivocación, no por sentimientos o ideas políticas, no porque piense que es bueno o malo. Yo soy solamente yo, no necesito independizarme de nada, pero ese yo tiene como meta llegar a convertirse en: “Un ser humano”, lo que implica pertenecer a la Humanidad, al Universo. Pero nunca renunciaré a mi libertad, a ser yo mismo, aceptando la responsabilidad exclusiva para serlo.

          Soy gente, tratando de ser una persona, con el único deseo de crear con ella un ser humano, pero no hay político, ni Dios que pueda hacerlo por mí o al que pueda trasladar mi responsabilidad para su creación.

          Dividirnos en rebaños, solamente aumenta los beneficios de los pastores, pero ni dejamos de ser borregos, ni tenemos la responsabilidad o posibilidad de crear la Humanidad.