En mis
tiempos infantiles y en los mozos, era de uso común decir eso de: “Ves o miras las
cosas o la vida, a través de un canuto”. En aquellos
tiempos en los que un canuto siempre era, un tubo finito o mediano. Como el de
una pajita de beber o una bobina de coser.
Se le decía
a los que pensabas que tenían una visión equivocada o estrecha de las cosas, o
a los de mentes estrechas.
En nuestros
días de conocimiento y educación, el problema que tenemos es que miramos todo,
sin darnos cuenta a través de qué estamos mirando.
Leía
algunos comentarios a favor y en contra del asalto a la ley y la democracia, de
los llamados independentistas catalanes. Lo que más me sorprende es, que en mis
tiempos cuando no era obligatorio ir al colegio, al menos en mi barrio había
muchos niños que no iban, todos sosteníamos el tubo a través del cual mirábamos
la vida, y era el nuestro.
En los
independentistas, lo que percibo es que hay una gran mayoría que miran con el
tubo que alguien les sujeta, viendo donde la otra persona apunta. Distraídos con
lo que ven, piensan que la opinión es la suya.
Pero solamente
pueden opinar de lo que ven a través del tubo, lo que dice, que su opinión es
la que les han dicho, la que les inculcaron en el adoctrinamiento.
Esto es lo
triste, no el independentismo que es una huida de la humanización. Sino que se
acepte no tener opinión propia, que no se ame el conocimiento lo suficiente
para aprender humanidad desde cualquier tipo de enseñanza o adoctrinamiento,
porque eso es o es lo que hacen las personas, aprender humanidad.
Cuando de
la enseñanza se extrae aborregamiento, es porque se es solamente gente.
Quien decide
elegir su individualidad, su independencia, desde el conocimiento, puede estar
equivocado en lo que significa el Conocimiento, pero es libre de ser independentista,
respetando a los demás y las reglas de convivencia acordadas.
Pero tener
22 años, elegir ser independiente y denunciar a tus padres para que te paguen
los gastos, no pagar las deudas, o traspasárselas a ellos, no es amar la
independencia, al menos no es como yo lo llamo.
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