Hace
un tiempo, escribía acerca del sutra que se canta casi a diario en los templos
budistas, al menos en los que pertenecen al Soto Shu y si no me equivoco en el
Rinzai.
Hoy quiero por medio de él, plantear mis dudas y pensamientos acerca de un tema
que está en todos los medios y que es usado en la política para obtener apoyos.
Es simplemente el principio de este Sutra: “Hokyozanmai”, el que quiero mirar para que me refleje un poco de
los grises de la Vida, porque todo al ser blanco y negro, Yin y Yang, nos
muestra su tonalidad gris, que depende de nuestro punto de observación.
HOKYOZANMAI
Así es el Dharma que Budas y Patriarcas han transmitido
directamente, esta verdad (realidad) básica. Preservadla, porque lo que ahora
tenéis, es todo.
Como un cuenco plateado o blanco, colmado de nieve; como una garza
blanca desaparece en la luna brillante, los objetos pueden confundirse en su
semejanza, pero son diferentes. De cerca, aun viéndolos juntos apreciamos sus
diferencias. Es la Mente Suprema
No puede expresarse con palabras, pero para quien se esfuerza
siempre ofrece respuesta. Aferrados a las palabras, caemos en la oscuridad y la
dependencia. Rechazar la realidad básica, es vivir sin salida, en eterna duda.
The Buddhas and the patriarchs have all
directly handed down this basic truth: Preserve well, for you now have; this is
all.
The white snow falls upon the silver plate;
the snowy heron in the bright moon hides. Resembles each the other, yet these
two are not the same. Combining them, we can distinguish one from other.
Supreme mind.
In words can never be expressed, and yet to
all the trainees' needs it does respond. Enslaved by words
you fall into a hole.
Los políticos algunos que defienden a los terroristas incluida ETA y a la
gentuza que los apoya, que son los que dicen a los que habría que asesinar, que
basa sus movimientos en el adoctrinamiento y la violencia o intimidación,
pueden suspender los toros por su crueldad.
Políticos que se subvencionan con los cárteles, defienden e implantan los
abusos sociales, que viven de vender armas para la guerra, defienden los
derechos animales, pero no dan dinero, ni solución, a: “Dónde y cómo van a
vivir esos animales”.
Personas que tienen cabañas o viven en la montaña, que matan a los animales
salvajes para proteger a familia y convecinos, luchan porque no se tengan
animales en zoológicos, ni circos.
Usuarios de coches, que piden carreteras seguras y autovías, para construir las
cuales hay que destruir el hábitat donde los animales viven en libertad,
defienden la vida animal.
Personas, que tienen mascotas que: comen pienso, salen poco de un pequeño hábitat, que son enseñadas
a hacer monerías para mayor orgullo de su dueño, que les visten o peinan de
manera en la que un animal con dignidad nunca saldría a la calle, que les usan
para llenar su soledad o su miedo a relacionarse con personas que exigen
libertad, piden derechos para que los animales vivan una vida digna.
Los animales, llegaron al planeta antes que nosotros, vivieron en libertad,
unos se comían a otros para convivir en equilibrio, pasaron calamidades, se
adaptaron a los problemas, fueron seleccionando sus alimentos para que hubiese
para todos, establecieron los espacios en los que cada uno viviría, respetaron
las plantas y al medio, pero sobre todo vivieron siendo cada uno lo que era,
aceptando las condiciones, conviviendo y sobre todo ejerciendo su libertad de
cumplir con su responsabilidad, siendo lo que eran.
Llegamos nosotros, en nuestra debilidad hicimos grupos, después tribus, de las
que fuimos echando a los animales que nos asustaban y atacaban. Talamos los
árboles destruyendo el hábitat de los otros animales, para hacer nuestras
huertas y producir comida abundante. Creamos las ciudades, destruimos los
bosques, matamos a los insectos que destruían nuestras cosechas, extinguimos a
los animales que nos atacaban, utilizando para nuestros intereses a los que
eran más obedientes, quitándoles su libertad.
Ahora queremos quitar las corridas de toros, pero nadie dice quién pondrá las
tierras, el dinero y el trabajo para que sigan viviendo, porque lo que no
haremos es dejarlos en libertad para que convivan con nosotros. Tampoco
permitiremos que los osos, lobos, y demás animales, vivan libres en los montes
donde están nuestras familias y amigos, nuestro ganado y nuestras cosechas,
seguiremos matando conejos, perdices y cuanto sea de nuestro gusto para
comerlos o simplemente enseñarlos como trofeos, quitándoles el alimento a otros
animales.
Cuantas de las personas que dicen amar a los animales, estarían dispuestas a
convivir con ellas en libertad, en un espacio donde los bosques y los hábitats
no sean destruidos, donde los cultivos tengan un tamaño suficiente para
alimentar a los que viven en el lugar, donde no se usen pesticidas, fungicidas
y abonos que destruyen las aguas y la vida de la tierra. Donde no se construyan
ciudades que obligue a la desaparición de los amados animales, donde la
porquería que producimos no contamine los océanos, donde una caza y asesinato
intensivo de los peces no los extinga.
Que desaparezcan los zoológicos o los circos de animales, para que no existan
los animales, porque hemos destruido su hábitat, defender el aborto y la vida
de los animales, pedir que no estén donde no queremos y que sean libres, son
muchas de las incongruencias de nuestra búsqueda.
Respetar es amar, lo que son, no lo que nosotros queremos de ellos.
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