LO QUE DEFENDEMOS

          Hay que defender lo nuestro.

          Si yo fuera un maltratador o pederasta, intentaría que fuesen declarados enfermos y que no se encarcelara por ello. Trataría de justificarlo, para no ser discriminados o que el serlo no entrase en las fobias sociales.

          Si fuera un ladrón, trataría de que todos comprendiesen, que ayudo a la gente a estar alerta en lo que hacen y viven y a ser más cuidadosos. Para incluso, tener acceso a las subvenciones sociales.

          Al final, la verborrea puede llevarnos a ver las cosas como nos digan o como queramos. No es fácil ver la verdad en lo que nos rodea.

          Estamos todo el día, defendiendo a gente que ha transgredido la ley, que han tratado de llevar a las masas a defender las ideas de ellos, que han usado su dinero sin preguntar si es mejor tener servicios sociales, o lograr lo que ellos enseñan.

          O se les ataca, porque han perjudicado no a los que no han sido preguntados o los que están en contra, sino a aquellos que les siguen y apoyan, perjudicando la economía propia y ajena y gastando el dinero que no tenían, pidiendo a los que querían dejar.

          Es obvio que han mentido, que la mayoría de las ideas que promueven no tienen base donde sustentarse, que han inculcado un sentimiento, bueno o malo, real o ficticio, correcto o incorrecto, que lo que sí ha promovido es un problema de convivencia.

          Podemos aceptar su libertad de hacer lo que quieren, permitiendo que le sea impuesto a la parte que opina diferente.

          Podemos dialogar de cómo van a hacer lo que quieren y lo que estamos dispuesto a subvencionarle, permitirles y dejarles vivir de una Europa, que no les acogió a ellos sino a España.

          Podemos cambiar los acuerdos constitucionales para beneficiarles lo suficiente, para que acepten nuestra ayuda y hagan lo que quieran, pero diciendo que están con nosotros.

          Podemos prometerles el corredor del Mediterráneo, dejarles que sigan con el adoctrinamiento y que un día si no les damos lo que nos pidan, tendremos que pagar aduanas para ir a Francia, por las carreteras y ferrocarriles que les hemos hecho.

          Me pregunto, si para defenderlos, habrá que pensar que podemos hacer lo que deseemos, sin que nos preocupen las leyes, los acuerdos o promesas, ni lo que piensen los demás.

          A veces pienso, que lo mejor sería crear un barrio independiente en el que solamente viviésemos maltratadores, pederastas, mafiosos, y demás gente que somos juzgados y metidos en la cárcel por nuestra forma de vivir o entender la vida. Por nuestras creencias y forma de entender la convivencia en libertad. Por creer que la democracia es, que, si somos todos así ganaríamos cualquier votación.

          Porque entonces, lo único que hay que hacer es educar correctamente a los hijos y a los niños en los colegios, para que sean como nosotros.

          Lo que no tengo claro es, si echaremos a los que quieran respetar a los demás y tengan principios de respeto por esas consignas rancias de los derechos humanos y demás zarandajas, o si será mejor crear el barrio en un lugar nuevo, donde irnos todos juntos.

          Deberíamos defender más lo que pensamos, la convivencia de todos, la unión, que a los que nos enseñan lo contrario. Porque el defenderlos, indica, o que pensamos igual o bien que no pensamos más allá de lo que nos dicen, evitando así tener que comprender las cosas y vivir con nuestro entendimiento, aceptando la responsabilidad de él.

          Saliéndose de las reglas, se han proclamado y proclamado, lo que les ha venido bien. No sé, si alguien habrá pensado que, si programan un Poder Judicial en el que ya dicen que su presidente estará bajo el poder del presidente de la República, lo hacen para respetar a los “pringaos” que estén abajo, o a alguien del pueblo.

          Pocas veces, quien o quienes suben al poder haciendo su voluntad, sin respetar nada, ni a nadie, solamente sus deseos, son buenos gobernantes.

          Pero cada uno defiende, pide y protesta por lo suyo, o a veces por lo que le han dicho que es suyo. El problema es, que en política cuando se dice que algo es suyo, no significa que dicen que es mío o del pueblo, dicen lo que hemos entendido, que es suyo, de ellos.