No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 3 de noviembre de 2017

PODERES

          Muchos hemos visto o leído: “Yo Claudio”, junto con las tramas y traiciones entre familia y amigos, para alcanzar el poder.
          Hemos oído o leído acerca de: “Bellido Dolfos, de Judas, de los amigos de Viriato, del Caballo de Troya, del cardenal Richelieu, de Juán Sin Tierra, de los condes y duques que servían a dos reyes buscando su beneficio personal, príncipes asesinándose entre ellos por el poder”.
          A través de la historia, podemos ir a cualquier época, y la constante del poder ha sido, la traición en el alma de quienes desean el poder.
          Podemos mirar en todos ellos, podremos contar con los dedos de una uña, aquellos que lo hicieron por el bienestar y la felicidad del pueblo. Al menos los que finalmente consiguieron el poder.
          Si miramos en cualquier zona del denostado poder: “Económico, social, político, religioso, fáctico, fuerza, capacidad armamentística, sexual, o en cualquier ámbito que se ejerza el poder”, no encontraremos ninguno, que su fuerza no resida en la parte sojuzgada.
          Es el pueblo oprimido el que: “Cría los alimentos, el que dispara las armas, el que sustenta con su fuerza y ceguera al poderoso, el que provee y ejecuta los deseos y ambiciones de la ambición del poderoso”.
          A veces al igual que Esaú, que Judas, que Bellido, vendemos nuestra dignidad, nuestra libertad, nuestra alma, por treinta monedas, por un plato de lentejas, por las migajas del poder.
          Son, Historia, recuerdos, cosas del pasado, algo que no sucede en un mundo donde se ejerce la democracia y los derechos humanos. En la antigüedad, podían decir que: “Se habían caído las redes y no funcionaban la radio, ni televisión, ni Internet, los teléfonos o los medios de comunicación”, como excusa. Pero hoy en día cuando vivimos en libertad, como los caballos de los picadores que no pueden ver lo que les rodea, que podemos hacer lo que nos dicen libremente, que recibimos una enseñanza en la que podemos memorizar cuanto es necesario para hacer lo que quieren que hagamos, que si tenemos un móvil y una Tablet ¿para qué necesitamos pensar?, no nos suceden esas cosas.
          ¿Quién será el primero en quitarse las orejeras?, para poder mirar alrededor, en la sociedad que hemos creado, no, no vale la excusa de que es lo que hemos heredado.
          Guerras, hambre, una Tierra quejumbrosa, servidores del poder, miseria moral, falta de humanidad, traiciones a los demás y a nosotros mismos, falta de amor, falta de dignidad, falta de valores, pero seguimos marchando detrás de alguien que nos lleve, no donde vamos, sino a donde él va.
          Dicen algunos que han estado engañando, no como individuos, sino como un grupo al servicio de una trama de engaño para llegar al poder, para ser el alma de un pueblo que ha perdido o vendido la suya, que son el poder legítimo, que emana de la falta de voluntad, de la falta de deseo de ser libres, de sus seguidores. Porque no hay libertad en ir detrás de alguien. No importa si cambiamos al guía, no es nuestra libertad.
          Solamente hay un poder que realmente sea legítimo: “El del Amor, la hermandad, la unión, el respeto, la dignidad, los valores, la Humanidad”.
          Porque es el único poder que nos dará:
          Libertad, porque haremos libres a los que nos rodean, al no desear el poder.
          Una tierra y un lugar propio, porque no invadiremos el ajeno.
          Una nación, porque seremos esa nación cada uno, sin tener fronteras con las otras individualidades.
          Sin cárceles, porque nunca aislaremos o faltaremos a la libertad de los demás.
          Solamente hay un camino hacia la Libertad, el Amor. Solamente hay un principio donde nos lleva el Amor: La Humanidad.


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