Me
pregunto, si algún día le será permitido regresar a la Dignidad a tierras
castellanoleonesas. Desterrada por atreverse a ser usada, para preguntar a
quien quería ser rey, si vivía en la verdad y con dignidad. Murió Rodrigo,
pasan los siglos y exiliada en su destierro, los niños crecen durante siglos,
olvidados de su existencia.
A la juez
envié carta tras el Juicio, de Sentencia Injusta bien urdida. Condenando al
inocente, el engaño, la mentira, la indecencia, el robo, la tropelía protegida.
Resultado de ignorancia, pues indignidad no cabría. En todos los planos, el
patio reclamado a mi propiedad pertenecía. Ignorancia o perjurio de un ufano
arquitecto, que a la juez mentía. O también podría ser por indignidad
profesional que también cabría.
Tres jueces
reunidos, la misma ignorancia de lo que juzgaban, triplicado habían. Sentencia defendiendo
la Injusticia, qué esperar donde dignidad no es conocida. Al final, no sé si
sentir orgullo de ser sentenciado culpable por esta Injusticia palentina, que
hace inocentes a los culpables, que legaliza la indignidad y la Injusticia.
Qué fácil
es ser juez, cuando para retorcer leyes, se lidia. Conociendo la Sentencia, de
justificarlo con leyes, trataría. Sin saber de Dignidad, sin ejercer la Justicia.
Sentencia
104/2018 que en Apelación Palentina, en su Audiencia Provincial nº-1, ha sido
emitida.
Que vergüenza,
que produce lloro, me da lástima la Injusticia en tierras de León y
Castellanas, donde la Dignidad no es admitida.
Muchos padecen
el robo de tierras, por vecinos, por Administraciones, guardando silencio, por desconfiar
de una Justicia, que donde no hay Dignidad sólo sentencia Injusticias.
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