A veces, cuando escuchamos o leemos las noticias, nos abruma, nos hacen sentirnos
perdidos, nos asquean y hacen que no podemos respirar, ante el hedor que lo que
se ha filtrado de las cloacas en el océano de los medios de información
produce.
Vemos las
atrocidades cometidas por gobiernos, por políticos, por terroristas, por
independentismos o antisistema. Vemos corrupciones de todos ellos y de las
Administraciones, sin que ninguna de ellas escape al hedor que ocultan en las
cloacas del pretendido servicio al pueblo.
Cuando se
filtran a los océanos de la información, que muchas veces es interesada o
partidista, no somos capaces de percibir la indignidad, es por ello que nos sentimos:
“Estafados, decepcionados, engañados, llenos de ira”, pero la Indignación,
solamente puede nacer cuando al menos se sabe que existe la Dignidad, algo que
hemos, a fuerza de no verla, de no oír su nombre, de no ser usada, olvidado que
existe.
Cuando salen
los grandes casos, de cientos o miles de millones, de grandes casos empresariales,
de urbanismos, de lo que se cuece en las alturas de las Administraciones y
Poderes, fuera de las cloacas o campos de entrenamiento, donde se practica la
prevaricación y la corrupción, para que los nuevos talentos, los que encuentran
nuevos modos de corrupción, que no sea detectada o medios para poder negar la
participación o haber estado cerca de ella, son los que dirigirán en el futuro
nuestras vidas.
El valor
de la corrupción y de la prevaricación es conocido por todos, cada día en las
noticias podemos escuchar el: “Yo no he sido, yo no sabía, yo nunca he tenido
conocimiento o información, yo soy una persona digna (no sabiendo lo que es una
persona o la dignidad), puede pronunciar todo esto convincentemente, al no
saber lo que es la Dignidad puede hacer cualquier cosa sin sentir la responsabilidad”.
Como he
escrito anteriormente, llevo uno 7 años, intentando encontrar: “Cómo una
parcela de 1268 metros cuadrados, puede transformarse en una de 500m2, con
terreno desaparecido en una Concentración Agraria y otra parte robada por un
vecino, resultando que todas las Administraciones de Castilla y León, dicen que
ellas no saben nada, que ellas no han tocado nada, que a pesar de que todos los
documentos oficiales sitúan la parte robada en mi parcela, se la legalizan al
vecino, no solamente con un Juez, sino con otros 3 Jueces de la apelación”.
Siendo un
pueblo semiabandonado, donde por 8 años he sido único habitante la mitad del
año aproximadamente, el valor de los terrenos no es grande, pero sí los
derechos que son conculcados a la parcela. He gastado más dinero en este tiempo
que lo que costaría lo que robó el vecino, que en el mismo tiempo ha pasado de
tener una parcela de 228 metros cuadrados a tener una superficie de más de
500m2. Una ha disminuido a menos de la mitad, la otra a más del doble.
4 Jueces
dicen que ha sido siempre así y que no tengo razón, todos lo planos oficiales
dicen que sí y que tengo razón, las Administraciones que no saben, no contestan
y que ellos no han tocado nada.
Resultado,
los prevaricadores y corruptos, tienen amigos beneficiados, los que realizan su
trabajo, preparan los documentos y ocultan lo que se ha hecho. Solamente los
desterrados a oficinas periféricas me han ayudado, probablemente por eso ocupan
puestos donde no se mueve el poder o el dinero.
Hay miles
de pueblos y ciudadanos en el mismo caso. Pero a mí me ha movido la Dignidad,
porque a pesar de tener razón probablemente además me jodan la vida, por tratar
de encontrar la Dignidad en semejantes cloacas.
Y es, que
la mierda y el hedor que se escapa probablemente es una mínima parte, porque lo
gordo sigue estando ocultado en las cloacas.
Pero no es
la culpa y los hechos de la Prevaricación, Corrupción e Indignidad el hedor de
las cloacas. La verdadera culpa está en el silencio, en la colaboración, en el
amparo del pueblo, de los que no sabemos que existe la Dignidad.
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