Hoy deberíamos
crear a San Miombligo, que fue el primer político que no sabía de política y
que nunca trabajó para los demás.
Con tal
motivo, deberíamos proponer que el día de mañana fuese recordado como el día
del Congreso Español.
Mañana habrá
una gran celebración en el Congreso, en la cual, se regalará prebendas y
libertad, para hacer lo que deseen a los políticos sin necesidad de preguntar a
los ciudadanos.
También, se
promulgará una ley que solicitará que los españoles que no digan sí a lo que
les digan sus amados políticos, lleven los pantalones bajados por si fuesen de
utilidad para alguna necesidad política.
No importa
cuántos ciudadanos digan algo, la mayoría siempre será lo que manden los
políticos.
Siento vergüenza
y pena, escuchando la gente que hay en el Congreso, que se pueden llamar como
quieran, pero si se mirasen al espejo, se avergonzarían de llamarse o ser
llamados políticos.
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