Comer pienso no quita la belleza, ni la
importancia que se tiene para la Vida.
Incluso podemos ser los héroes literarios
de un gran libro, donde nuestra importancia en la vida de los demás ha sido
importante.
Pero todos los Maestros nos previenen de
nuestra identificación con la mente.
No, no es malo identificarse con algo,
pero cuando dejamos de percibir lo que somos, para solamente percibir la
identificación, caminamos en la equivocación.
La mente, es buena como mente, pero cuando
perdemos el ver la Sabiduría que aporta cuando se incluye en lo que somos, al
dejar de ser lo que somos, para creernos la mente y su funcionamiento, nos
lleva a creer que el pensamiento es la realidad.
Siendo la realidad, nos maravillamos de
nosotros cuando nos gusta la forma de pensar que somos, exclamando ufanos llenos
de orgullo: ¡Cómo pienso!.
Es lo que vemos en nosotros, la invasión
de la libertad de la mente, que finalmente creemos que es nuestra, limitando lo
que somos.
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