Quizás el
hecho que más nos dificulta el entendimiento de lo que somos, de lo que
explican los Maestros, de los Conceptos que tratan de ver o percibir la
multiplicidad como Un Absoluto, sea, el que nuestra apreciación de lo opuesto es
la separación de las dos mitades.
Cuando
miramos la simplicidad que expresa el símbolo del Yin y del Yang, una mitad
negra y una mitad blanca en un circulo. Alguien, viendo que teníamos problemas trató
de explicarlo un poco más, dibujando nuevos círculos mitad blancos o mitad
negros, en cada mitad. Otros simplemente dibujan un circulo del otro color en
cada una de las mitades: “Blanco en el negro, negro en el blanco”.
No obstante,
nuestra percepción es la separación de ambas mitades. Las Religiones han tratado
de convencernos de lo contrario: “El perdón, la hermandad, la compasión el amor, ser hijos de un
Dios, una sola Vida, incluso cuando hablamos de un único Dios, le llamamos el
verdadero”.
La consecuencia
de esta percepción, es la separación irreconciliable de: “Dios y su Creación a
pesar de los Juicios Finales, del Bien y del Mal, del día y la noche, del
pueblo y sus gobernantes, de los honrados y los corruptos, ricos y pobres, …..,
etc.”
Pero Shakyamuni
durante más de cuarenta años, explicó el error. Al menos su percepción, que era, que las mitades nunca pueden ser separadas.
Algo simple,
sencillo, sin importancia. ¿Qué importancia tiene, si la tarta está entera o nos la dan en dos
mitades cada una en un plato?, lo importante
obviamente es “si nos dan la tarta entera”, lo
que hará, que eternamente estemos nosotros, mi yo y la tarta.
Podemos desaparecer
o ignorar nuestro yo, dejando que cada mitad ocupe su plato, lo que hará que
eternamente existan el blanco y el negro, irreconciliables en la Eternidad. Eternamente
separados Cielo y Tierra, Dios y Su Creación.
O como
dice Shakyamuni: “La Tarta siempre es Una, independientemente en las partes en la
que sea dividida”. Esto hace que la
separación que percibimos es irreal, somos tarta por encima de lo que podamos
percibir, pero no podemos ser blancos porque nos sentimos separados del negro,
tampoco podemos ser negros por la separación del blanco. Ésta no existe
realmente por lo que en la aparente separación: “Solamente podemos expresar
el gris”, de infinitas tonalidades, pero
gris. A veces creemos en lo negro, pero es simplemente un gris oscuro. Otras creemos
en el blanco, pero es simplemente un gris claro.
Eternamente
seremos tarta, con su mitad blanca y su mitad negra, Tarta de Existencia,
existiendo en el gris.
Eternamente
seremos tarta, con su mitad blanca y su mitad negra, Tarta de Buda, como gente
gris que busca la Humanidad, por ignorar que es Tarta de Vacío.
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