Cuando tratamos
de explicar, de definir, de calificar los Conceptos de las Naturalezas de ese Espíritu
Absoluto, ese No-Nacido, ese Sin Principio Sin Final, ese Ahora Eterno, ese
Vacío inundado por la propia Existencia sin que pueda ser percibido un algo
existiendo, hemos entrado en un debate de explicaciones Infinitas, que no nos
llevarán más allá de la puerta de entrada en la Sabiduría de lo Eterno.
Miramos los
Conceptos de lo Absoluto, desde un yo que analiza las acciones o
manifestaciones de lo que presuponemos que es la Naturaleza del Concepto,
añadiendo los calificativos y manifestación que nosotros manifestamos al pensar
que somos manifestación de dicha Naturaleza.
Hablamos de
Amar, de nuestro amor por algo, por alguien y lo transferimos al propio Amor: “Lo que beneficiará,
lo que mejorará, lo que se consigue, su grandeza, y tantos sueños alcanzables
cuando lleguemos a Él”.
Buscamos encontrar
a Dios, ese Dios que nosotros mismos hemos definido como el No-Nacido, Absoluto
y Eterno, Esencia de Vida, olvidando que siendo Todo, no quedaría sitio o
espacio donde el yo pudiera nacer. ¿Cómo podríamos encontrar
algo si no ha nacido el yo?, ¿Cómo podríamos unirnos a lo que somos?
Buscamos en
la Religión el vivir eternamente, el existir en un lugar donde manifestar la
felicidad que es nuestra Naturaleza de Humanidad, un lugar donde la
responsabilidad absoluta de nuestro Ser, corresponda a Dios, para
despreocupados vivir en la paz eterna.
Vivimos,
siendo Vida. Buscamos a Dios, que es el Todo Absoluto, desesperados por
encontrarlo, conocerlo y verlo. Buscamos el Amor, que es nuestra Naturaleza
Esencial, tratando de mantener un yo que tenga capacidad de amar, creando por
tanto la de odiar o sentir indiferencia.
El mundo
de los Conceptos, no admite que lo que nosotros sentimos, manifestamos,
percibimos, calificando los sentimientos, pensamientos, deseos, acciones o
manifestaciones de un yo hacia aquello que considera ser lo demás, pueda ser
aplicado a ellos.
Siempre que
tratamos de explicar, analizar o calificar un Concepto de lo Absoluto, dejamos
el yo fuera, que es quien percibe las respuestas y deseos que tiene, para
tratar de encontrar la Sabiduría de conocer profundamente el Concepto.
Pero siempre
faltará el incluir su propio yo, ese que sabe de su existencia como
individualidad, que se nutre de la equivocación de percibirla separada de la
Individualidad y de las demás individualidades.
Lo que
lleva al yo, a tratar de retornar a esa Unidad, a ese Ser la Individualidad
Absoluta, que nada sabe, percibe o tiene que integrar en su desconocimiento del
Sí Misma.
No hay
retorno, no hay integración, ni pérdida, ni beneficio, nada que alcanzar, sin
meta, sin extinción: Siendo Amor, Vida, Dios, Religión o Vacío, hay que Ser Absoluto, un
Todo sin fisuras, sin individualidades por no existir Consciencia de Individualidad.
Nada cambiará
en lo que somos, porque el Ser existe en la Eternidad, pero sí la percepción y
la forma de manifestarnos.
Ser
Religión es manifestar la Naturaleza de lo Absoluto en mitad Dios, mitad
Creación, sin poder separarlas, siendo un Todo indivisible e imperceptible, al
no haber nada fuera que pueda ser percibido o percibir.
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