No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 23 de noviembre de 2018

EL DESEO

          Nos han dicho tantas veces, lo que hay que luchar y esforzarse para conseguir las cosas que deseamos. Que para alcanzar algo, hay que desearlo con todas nuestras fuerzas y esforzarnos para conseguirlo.
          La ley del mínimo esfuerzo, aquella que trata de enseñarnos a vivir sin deseos, es la de caminar por el Camino Medio, la de que siempre que nos movamos sintamos la seguridad de que no podemos salirnos de aquí, que por mucho que vivamos, por mucho que consigamos nunca tendremos ni seremos algo diferente a lo que tenemos Ahora.
          Es el no movernos para estar en todas partes, del que habla Lao Tse, que sin hacer nada todo estaba concluido, o tantos otros Maestros que en una actividad continua y Eterna nunca se movieron, hicieron o cambiaron nada.
          Creemos que para llegar a un sitio hay que desearlo, pero por mucho que nos movamos pretendiendo llegar “Allí”, nunca podemos salir de estar “Aquí”.
          Por mucho que nos esforcemos por ser algo, nunca seremos algo diferente a lo que estamos siendo Ahora.
          Pero el Camino Medio, tiene que incluir ambos extremos para serlo. No es la exclusión del deseo, dejar de hacer o percibir el cambio lo que nos pide.
          En el movimiento, siempre que posamos el pie o lo mantenemos elevado, estamos Aquí.
          Por mucho que cambiemos, siempre tendremos que ser solamente lo que somos Ahora.
          Es la dirección del movimiento o la acción, o el estar parados o inactivos, lo que indicará dónde y qué estaremos siendo Ahora, lo que no es cambiable o negociable.
          Solamente hay un lugar del que no podemos salir, pero tampoco podemos ir: “Aquí”. No es cuestión de lejos o cerca, sino que no podemos llegar a donde estamos, no podemos ir donde estamos, ni medir la distancia para saber si estamos cerca o lejos de conseguirlo.
          A lo que no deseamos, no es necesario esforzarse para rechazarlo o huir de ello, porque es lo que nos llevará a serlo u ocupar ese lugar. No es el rechazo lo que elimina el deseo, sino la aceptación de una existencia que no nos interesa o creemos conveniente para nuestro progreso en este ahora.
          Es el deseo lo que imposibilita y aleja lo deseado, pues nunca puede pertenecernos aquello que deseamos. El propio deseo lo sitúa fuera de nosotros si deseamos poseerlo o estar en él, o que lo somos, si el deseo es desprendernos de ello.
          El Mundo sin deseo, no existe. La no existencia del deseo, podría indicar que hay un deseo de no desear.
          Pero esos Mundos de los que nos habla Lao Tse, Shakyamuni, y otros Maestros, en los cuales no parece existir el: “Deseo, la posesión, el trabajo, el cambio, la acción, y tantas cosas que nos parece imposible existir sin ellas”, “Ese mundo de: “Paz, Armonía, Sabiduría, en el Aquí y Ahora”, comienzan a crearse desde la Aceptación, desde el Amor que nos lleva a ser lo inevitable: “Lo que somos”. Que permite que existiendo en el Aquí y Ahora podamos estar en todos los aquí del Infinito, en todos los ahora de la Eternidad, sin dejar de ser lo que estamos siendo.
          No hay hoy sin ayer o mañana, siendo Hoy el Camino Medio, tiene que incluir sus dos orillas.
          Pero el Ahora, no es el Camino Medio, sino el Mumonkan, el campo abierto sin barreras, sin puertas, que siendo infinito solamente hay Campo, sin caminos ni nada que los pueda transitar.
          No es el deseo lo que nos aleja, sino la falta de aceptación de lo que somos, de lo que está siendo, que nos dice: “Existes Aquí y Ahora”, donde no hay deseo.



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