IGNORANDO LA HUMANIDAD

          Escuchaba ayer la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al igual que en otras sentencias dictadas para los asesinos cobardes, que se cagan en los pantalones y no se atreven a defenderse, cuando la otra persona está de frente y tiene un arma como ellos, dándoles parte de razón.

          Suponiendo que habrá otras sentencias parecidas, no porque no sepan de leyes, supongo que el conflicto que tienen es su poco conocimiento de Humanidad, su significado y quién debe ser considerado humano.

          Los animales por supuesto tienen sus derechos, “Los derechos de los animales, que les protegen”, incluso existen: “Los derechos de la Tierra a ser protegida”.

          No me opongo a que tengan sus derechos los asesinos de ETA, o de cualquier banda terrorista, que no respeta ningún tipo de derechos, incluso que los tengan los que no conocen: “la humanidad”.

          Pero los derechos propios de su condición de: Basura, asesinos, inhumanidad, cobardes, y demás cosas propias de quien las alimañas sienten vergüenza de que se las pueda comparar con ellos.

          Además, si no lo hay, debería haber un derecho a que las personas y los seres humanos deberían ser protegidos de ellos, derecho que además debería ser conocido por esos Jueces, que no entendiendo de Humanidad y sentenciando sobre derechos humanos, deberían de saber que difícilmente un ser humano, actúa como terrorista y asesino, no solamente cobarde y a traición, sino que tampoco lo sería de frente y aceptando su inhumanidad.

          Protegiendo los derechos de la delincuencia, los de los débiles que abusan desde su debilidad, y pensando que se hace desde la humanidad de la que carecen, creo que solamente es obligar a callarse a las víctimas, para no tener que indemnizar o abandonar su hogar porque prevalecen los derechos humanos del cobarde asesino o delincuente, sobre los derechos de la víctima, que es considerada afortunada por haber salvado su vida, aunque hayan asesinado a su familia.

          Se presupone que un Juez, aparte de unos estudios debería tener algo de sentido común.

          Que un Juez espere: “Sentimiento humano, arrepentimiento, que rechace que el asesinato es algo indecente, o que diga que condena a sus sicarios o amiguetes de cobardía, abuso y ausencia de humanidad”, indicaría que es gilipollas, ignorante o que no sabe dónde está y quién tiene enfrente. Por lo que cualquiera espera que no lo condene uno de estos cobardes.

          Algo que, al parecer no entendiendo el significado, la responsabilidad y cómo se actúa desde la Humanidad, permite a algunos Jueces y políticos, hablar de derechos humanos no aplicables a las víctimas, sino a los asesinos, quizás porque las víctimas son seres humanos, que respetan incluso la inhumanidad de los cobardes.

          Lo que conlleva a la estupidez intelectual, a que haya gente que no personas, que salen a la calle pidiendo Democracia, para impedir que los otros puedan hablar. Que amenazan, que olvidan que Navarra ha sido uno de los reinos más antiguos de Europa, al que nunca quisieron pertenecer las tierras vascas, que prefirieron no ser nunca un reino, antes que ser navarros.

          Lugar donde nace la España que conocemos, al ser los iniciadores de la Reconquista, no de un territorio, sino del sentimiento de unidad de un territorio, que abarcaba hasta Andalucía.

          Permitir ser adoctrinados, seguir la cobardía, el abuso y la intransigencia de quien piense diferente, es ser vasallos de quienes nunca aceptaron ser iguales con ellos, no solamente el olvido de su historia, de su honor de caballeros, sino el aceptar que el asesinato, el terrorismo y el abuso, es el camino que escogen para continuar su vida.

          Cuando se piensa diferente, es la cobardía de guardar silencio, permitiendo con ello el adoctrinamiento que les lleve a ser sirvientes de unos asesinos, sus vasallos perteneciendo al reino que nunca existió, abandonando el que ellos cimentaron con valor, dignidad y aceptación de otros reinos que tuvieron a sus embajadores, donde vamos.