No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 29 de diciembre de 2018

EL REFLEJO

          ¿Cuánto tiempo hace, que existimos en este nuestro Universo llamado Tierra?
          ¿Cuántas Tierras habremos creado antes de esta?
          Nosotros, nuestros padres, nuestros ancestros, la hemos habitado al tiempo que la hemos ido creando.
          Le hemos dado nombre a cada ser que hemos percibido, en su individualidad y su agrupación en nuevas individualidades.
          En una existencia en la que el Vacío es su Naturaleza, en la que el: “Oro, el león, las hojas, los ojos, las ramas, las estrellas o el viento”, no saben lo que son.
          Donde no encuentran diferencias con: “Plomo, las aves, las uñas, las raíces, los océanos o la lluvia”.
          Donde todo ello, por medio de la Alquimia se transmuta en Vacío.
          Caminamos y damos vueltas en la Rueda de la Existencia, caminando en el Laberinto del que pretendemos salir con las alas de la mente, que fácilmente pueden ser derretidas por la desilusión y la ilusión.
          Es precisamente esa capacidad de vernos, de conocer de nuestra individualidad diferente y separada, la que nos impide ver que somos Tierra, que nuestras partes, células y átomos, solamente es lo que nuestro Vacío permite existir en él, como manifestación de lo que somos.
          Pero es el Libre Albedrío, el que nos impide saber qué es lo que nos llena. Por eso lo que nosotros vemos como león, el león no puede verlo, no puede percibirlo, solamente: “Es león”, si intentase decidir lo que es el león, estaría quebrantando el libre albedrío de la manifestación que ocupa el Vacío en el que puede manifestarse la esencia del León.
          El Libre Albedrío, no es decidir lo que somos, sino la aceptación de serlo. Así es como existe cuanto percibimos en la Tierra, nuestro Universo individual.
          Todo existe en la felicidad de ser lo que es, no en su vida, sino en su existir en cada ahora. Ejerciendo el Libre Albedrío que son, aceptan ser las circunstancias, condiciones y forma de lo que está siendo manifestado en su Vacío.
          La botella, la copa, la caja o cualquier vacío, puede recibir el nombre de su contenido: “Botella de agua, copa de vino, caja de zapatos”, posible solamente por ser algo vacío, al igual que botella, copa o caja.
          Ícaro, vivió en el Laberinto, tratando de salir de él trató de volar con las alas fabricadas por su padre Dédalo. El padre, manteniéndose en su altura propia, logró salir. Ícaro subió por encima de sus posibilidades y el calor del sol derritió la cera que unía las plumas, pereciendo en el océano de las emociones.
          Seguimos tratando de saber lo que somos, lo que es nuestro Universo, olvidando que ya nos hemos dado nombre: “Humanidad”, donde todo cuanto es manifestado en el Vacío de nuestra Naturaleza es como hermanos, como manifestación de un mismo Padre, de una misma y única Naturaleza, que es lo que llamamos Humanidad.
          Nos llamamos: “Hijos de la Vida, Hijos de Dios”, donde ambas Individualidades, careciendo de Entidad, manifiestan la Naturaleza de cuanto es acogido en su Vacío, siendo y manifestándose como nosotros las percibimos.
          "Somos Tierra, somos Universo, somos Humanidad, somos Vida, somos Dios”, siempre que seamos el Vacío que acoge como Naturaleza de cuanto es acogido.
          Pero como individualidad separada, somos un Vacío lleno de nosotros mismos, que es la naturaleza del ego. La incapacidad, de ser algo más que nada.
          Es el Vacío el que no tiene Límites, al ser aquello que es acogido, sin por ello ser algo. La lluvia, no sabe de agua, de nubes, de viento, de lluvia, pero riega de Vida la Tierra.
          Ser una individualidad separada o diferente, es el llenarnos de nosotros mismos, incapacitando la posibilidad de ser algo diferente o algo, lo que llevará a la frustración del ego: “Percibir que eres algo, siendo Nada”.
          El león se asusta, cuando ve su imagen en el agua del río, porque es la semilla del ego, si llegase a identificarse con el reflejo de su ser, quedaría atrapado no pudiendo ser lo que es en la Realidad de su Ser.



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