Nos llevan
mareando desde la prehistoria. Ellos hacen los planes de estudios en los que
nos educan, para poder tratarnos como gilipollas, capaces de tragarnos
cualquier cosa que nos digan, opinando con el: ¡Amén!.
Nuestra incapacidad
para entender lo que no nos dicen, lo que saben que harán, lo que significan
sus promesas, sus acuerdos, sus intereses de verdad, les anima a que cuando no
sabemos qué opinar, nos envían a sus medios de comunicación, para que nos
informen de lo que tenemos que creer.
Me pregunto,
si estamos rodeados de quienes se llaman políticos, que en su inutilidad no
saben qué hacer, si no son capaces de repartirse los chollos y el poder, para al menos tener a alguien que desgobierne.
Si todos
lo hacen bien, pero vamos mal. Si todos son capaces de buscar lo mejor para los
ciudadanos y somos burlados y engañados continuamente.
Si tras todo
el lío que han armado: quiero ser el único que mande, porque tengo un montón de
compromisos para colocarlos en puestos públicos y no puedo dárselos a otros. Yo
quiero pactar, pero quiero cacho. Yo quiero pactar, pero sacando lo que quiero.
Yo quiero pactar, pero para que hagas lo que te digo.
Siempre he
pensado, que los pactos políticos, son para encontrar lo mejor para los
ciudadanos y el país, que al final son los ciudadanos.
Que un
pacto político, es para arreglar los problemas del pueblo y los derivados de
las relaciones con los demás terrestres.
Pero Pedro
el Pactador, quiere pactar para gobernar como le dé la gana y que los demás
firmen que sí. Para después tener a quien culpar del fracaso, que su forma de
hacer anuncia.
Quiere que
PP. y Ciudadanos, se abstengan para poder gobernar con un número de diputados
que necesitará bajarnos los pantalones y a subirse las faldas a los españoles,
a los ciudadanos, a los Sanchos que son llamados a sus palacios para distraerse
y burlarse de su sentido común, y su obediencia y confianza infundadas.
Porque una
vez en la poltrona, sus ocurrencias, sólo podrán ser aceptadas por lo que pueda
pagar con prebendas y chanchullos, a los partidos que sienten que sus votantes
son los únicos que merecen ser tratados como ciudadanos de su cortijo.
Al final
serán capaces de pactar, de poner a Pedro el Solitario en la poltrona, con sus
ministros que no se salen del guion por más que la evidencia se les caiga
encima.
Subirán los
impuestos, seguirán pactando con quien sea para ocupar el poder y si no son
ellos, cualquiera menos la derecha a quienes les pide su abstención. Prefieren ver
a Batasuna en el poder que al PP, que ha cometido el pecado de obtener el poder
cuando ellos han hundido España y la economía y el trabajo de los ciudadanos.
En la
República, prefirieron darle el oro del Banco de España a Rusia, antes que
permitir que un gobierno que no fueran ellos, pudiera crear bienestar para el
pueblo con él.
No pienso
que haya políticos en la derecha tampoco, pero al menos no tratan de controlar
el alma de los ciudadanos: Enseñanza, relación con los hijos, relación con nuestra
vida, con unas leyes que permiten, el que la libertad es tomar decisiones que
indican que hemos fracasado.
Un ser
humano: No piensa en su interés solamente, por lo que no asesina fetos o
prefiere morir, si no es en interés de los demás también y no solamente mirando
su conveniencia o interés.
Pero es lo
único que importa en política, donde nos dejan votar, para que el de turno haga
lo mismo que cualquier otro que se elegido.
La política
es servicio al pueblo, no de un partido o de una corriente política, sino desde
la aceptación de lo que decidan las urnas, trabajar todos ayudándose a
conseguirlo, desde el consenso casi siempre y cuando no desde una decisión de
la que se haga responsable el que la tome.
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