Es curioso
el papel de poderes y pueblo a través de la historia.
Cómo la
verborrea de los poderes, no cambia su forma de actuar.
Las dificultades
del pueblo para aprender el idioma político, tras una historia de engaños,
mentiras, abusos y violación de: todas las funciones, promesas y dignidad en
sus actuaciones.
El: “Roma no paga traidores”, de tiempos de Viriato, ante la traición del pueblo a los que luchaban por su libertad de los invasores.
El: “Roma no paga traidores”, de tiempos de Viriato, ante la traición del pueblo a los que luchaban por su libertad de los invasores.
Los abusos
de los nobles, al pueblo en los reinados medievales, las traiciones de los
mismos nobles a los reyes, para conseguir el poder o beneficios.
Las dictaduras
que, en tiempos democráticos, abusan, violan funciones y derechos, en aras del
enriquecimiento de quienes les mantienen en el poder, sus amigos y dirigentes.
Si nos
acercamos a nuestros lares, las rebeliones contra el poder, la continuidad de
los abusos, independientemente de quién ganase y el cambio de las mentiras,
pero sin manifestar la verdad de lo que decían defender.
Tenemos la
venta del Sahara, por la comodidad, miedo y olvido de las funciones y
responsabilidades aceptadas, de que los saharauis eran españoles.
El adoctrinamiento
de niños, para convertirlos en asesinos al servicio de los gobernantes
autonómicos. Desde la mentira, escondidos para que nadie pudiese pedirles
explicaciones de su responsabilidad en los asesinatos, robos, expolios,
secuestros, extorsiones y llevar a la indignidad del olvido de la condición
humana.
Adoctrinamiento
de niños, para ocultar la indignidad y delincuencia propia, señalando a los
demás, tratando de ser los reyes de la República, donde la democracia sería la
erradicación o silenciamiento de quienes pensasen diferente o no aceptasen ser
borregos de la ambición de quienes buscan el poder.
Pero que
haya, quienes buscando separar en trozos manejables, para su ineptitud, convirtiéndose
en amos del rebaño, es algo que dentro de la historia, pasa a ser el
funcionamiento de la normalidad: Una bandada de cobardes e inútiles luchando
por conseguir el poder, para abusar y manejar a voluntad el rebaño.
Pero cuando
es el rey, el protector del rebaño, el que vende sus responsabilidades para
conservar o conseguir ser el poder, a los que persiguen dividir y separar a los
borregos, en rebaños que pueden manejar.
Cuando el
pueblo es vendido a los terroristas, por prebendas, dinero y poder. Cuando, tras
años de intentar apoderarse de lo que nunca tuvieron, como es Navarra. Se les
incorpora al poder y el vendedor pacta, para que puedan adoctrinar, engañar y
conseguir apoderarse de Navarra, los asesinos y terroristas, que han dejado de
robar, extorsionar, delinquir y traficar con drogas, porque reciben dinero
público, pagado por todos los españoles.
Cuando estamos
viendo que seremos vendidos de nuevo, porque la ambición de un inútil es la de
gobernar. Que nos bombardea con mentiras y doctrinas, negando no solamente lo
que quiere hacer, sino todo lo realizado desde que el pueblo ha sido abusado
por los poderes.
Hemos olvidado
el golpe de estado contra la monarquía; la entrega del oro y joyas particulares
de España, a sus amos de Rusia; la venta de la dignidad del pueblo a
terroristas, que lo sucedido desde entonces y lo publicado nos dice con mayor
claridad, lo que se pactó realmente; ahora es la continuación de vender al
pueblo por ostentar el poder.
Me pregunto
si por conseguir el poder: Si se uniesen los abusadores y violadores, tuviesen
el número suficiente para crear un grupo político, consiguiesen un número de
escaños y fuesen necesarios para conseguir el poder.
Se dictaría
una ley en la que los indefensos tendrían que aceptar obligatoriamente el amor
y el deseo de hacerles felices, que les quiere dar alguien que pasaba por allí
y ha sentido ese deseo. Todo ello por supuesto en defensa de la libertad de
amar, que haría legal que alguien fuese amado en contra de su voluntad, que
tuviese que permitir que alguien le o la hiciese feliz, por mucho que no lo
desease.
El papel
aguanta todas las explicaciones y toda la verborrea, pero la mayor indignidad
es que el pueblo no sepa leer, menos aún entender lo que hay escrito y sus
consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario