Publicaba Monika
ayer, una historia del hinduismo, acerca de ese principio perdido en la fábula,
en el recuerdo ancestral, de antes del principio, en el que algo apareció,
antes incluso que la Vida.
“No existía nada más que Brahma y en la
soledad se aburría. Así que creó a la diosa Maya, con el único fin de
divertirse. Maya le dijo, “está bien, juguemos al juego más maravilloso
pero tu harás lo que yo diga”. Brahma aceptó, y siguiendo sus instrucciones,
creó el sol, las estrellas, la luna y los planetas. Después, la vida en la
tierra: los animales, los océanos, la atmósfera y todo lo demás.
Entonces Maya le dijo: “Qué bello es este mundo de ilusión que has
creado. Ahora quiero que crees un tipo de animal que sea tan inteligente y goce
de tal conciencia que esté capacitado para apreciar tu creación. Dios creó los
seres humanos y preguntó a Maya cuando iba a empezar el juego”. Lo empezaremos
de inmediato dijo Maya. “Cogió a Brahma y lo cortó en
millones de pedacitos. Puso un trocito en el interior de cada ser humano y dijo
¡Ahora empieza el juego!”. ¡Voy a hacer que olvides quién eres y tendrás
que encontrarte a ti mismo! Maya creó el sueño y, hoy, Brahma todavía está
intentando recordar quién es. Brahma está ahí, en tu interior, y Maya te impide
que recuerdes quién eres”.
Incluso antes
que Eva, ya se le ocurrió a Maya, lo de echarnos del Paraíso. Destruyendo y
esparciendo a Brahma por todos los seres que le había llevado a crear.
Está visto,
que las religiones y la mujer, tienen sus diferencias, porque eso de que
siempre sea la culpable de donde estamos, tiene su miga.
Pero al
igual que todas estas historias, que permiten, que perdure en nuestro recuerdo
lo que pensaron nuestros primeros ancestros, tiene demasiados entendimientos
para quedarse con uno.
Los dioses
hindúes, a veces son portadores de la dualidad en sí mismos, siendo muerte y
regeneración o Vida, al mismo tiempo.
El hinduismo
ha contemplado y entendido el Vacío desde nuestra prehistoria, cuando aquí
solamente contemplábamos un Dios con cuerpo, con entidad y casi físico,
gobernando su Universo.
Fruto de
ese entendimiento es de donde se origina el budismo del Vacío, de la Nada,
donde todo es inexistente fuera del Vacío y cuya existencia se desarrolla en el
Sueño del Mundo de Maya.
No existía nada más que Brahma y en la soledad se aburría. Solamente
Brahma, sin posibilidad de existencia para nada más. Cuando todavía no había
nacido el aburrimiento, de alguna manera, nació no la Vida, sino la
potencialidad de que algo pudiera vivir, ocupando el Infinito Vacío que era
Brahma, es lo que fue llamado Maya: El Principio de Vida, antes de que algo
pudiera existir viviendo.
Siendo este
principio femenino, simbolizado en la mujer, portadora de la vida que nace, del
principio que manifiesta la Vida.
Es Ella,
la que llena de manifestación el nacer del Universo.
Pero es
Brahma el Espíritu Creador.
Ambos Principios
no pueden ser separados, por lo que el Espíritu del Creador tiene que
permanecer en su obra, en cada átomo de ella.
Algo que
vemos manifestarse continuamente en nuestra creación del Ahora. En Él está todo
lo que hemos sido, todo lo que ha sido y es la semilla de todo lo que será. “Cogió a Brahma y lo
cortó en millones de pedacitos. Puso un trocito en el interior de cada ser
humano y dijo ¡Ahora empieza el juego!”.
Pero ahora
es nuestro sueño, en el que debemos retornar al despertar, al origen, donde
Maya será de nuevo Vida, sin manifestación que sepa que existe. Donde se
replegará en el Principio Creador de Brahma, que no podrá manifestarse nada más
que como Vacío, al no haber ni tan siquiera una Maya, que le recuerde que puede
nacer a la Vida, que puede manifestarse en la Forma que en su Infinitud, pueden
manifestarse Universos que sean Brahma y Vacío, en el Sueño de Maya.
A veces
leyendo palabras, parece que algo es menospreciado, cuando la historia o el espíritu
de la letra, trata de ensalzarlo
Ahora me acabo de acordar de esta historia que nunca había oído. Gracias por quitarme este velo del olvido.
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