SEXUALIDAD

          Quizás, una de las muestras y Naturalezas de la Vida que es más visible en la manifestación del Universo es la de la Sexualidad.

          Es la Naturaleza imprescindible, para que la manifestación exista en una Impermanencia constante, en la que cada expresión de la Vida desaparece, para que pueda nacer la manifestación del Ahora.

          En la Naturaleza, esta Sexualidad se manifiesta de muchas formas, se manifiesta como: Heterosexual, homosexual, bisexual, indeterminada o asexual. Que se realizan en monogamia, poliginia, poliandria, poligamia y promiscuidad.

          Desde la fidelidad de los pingüinos, la fecundación por la lengua de las mariposas en las flores, los caballitos de mar como macho y hembra en ambos, los cambios sexuales de algunos animales, que depende de la cantidad de animales y el alimento, las plantas macho y hembra, las asexuales, las que necesitan polinización cruzada o las que son autosuficientes.

          Es la Sexualidad que muestra el Amor. La sexualidad al servicio de la manifestación de una Vida, que desconoce su propia existencia. Sin embargo se entrega y Es aquello que nace, aquello que aparece en cada Ahora y aquello que desaparece en cada Ahora.

          Lo único que manifiesta esta Sexualidad es la entrega absoluta a lo que tiene que nacer, a lo que continuará la Manifestación de una Vida, que nunca aparecerá en ninguna de las manifestaciones, y en cambio en su entrega será y se manifestará como cada una de ellas.

          Es el hombre, quien principalmente, en uso de ese Libre Albedrío, olvida el Concepto de esa Sexualidad que manifiesta la Vida. Mirando alrededor, buscando el placer, encuentra todas esas manifestaciones de sexualidad, que hay en las diferentes expresiones, tratando de encontrar el mejor método, de que la manifestación de la Vida continúe eternamente, como muestra de la entrega que se deriva del Amor, verdadera Naturaleza de la manifestación de la Vida.

          Buscando la satisfacción personal, encontrando, que el conseguir tener más relaciones sexuales, depende de la habilidad, de la satisfacción sexual que se da, de la mentira, del éxito, del dinero, de la fama. Hemos vendido nuestra alma a la relación sexual, sin más motivación que el placer y el sexo.

          Hemos encontrado nuestra explicación y sentido del Concepto Sexualidad, en el que hemos extirpado el Amor, la Entrega, y el hacerlo como Vida, entregada a la expresión de su manifestación. Es el placer del ego, el encontrar una satisfacción que no encontramos en ser lo que somos, es simplemente el disfrutar sin más resultados.

          La Sexualidad que era la manifestación del Amor, se transformó, con el nacimiento de esos dioses, que eran simplemente la manifestación del amar por medio de la sexualidad, en sexo, sin buscar esa entrega que significase, el nacimiento de una nueva expresión en la que seguir existiendo, como ella.

          Hoy, hemos perdido los valores del Amor, que da Naturaleza a la Sexualidad. Simplemente adoramos a Eros, en el que el sexo, no importa cuándo o con quien, menos aún el por qué y el para qué, en un deambular donde los principios, los valores, se han olvidado para encontrar: La posesión, la despreocupación, la irresponsabilidad, buscar un placer que oculte nuestra insatisfacción personal, transformando el acto sexual en algo que proporcione placer, y que tiene la importancia de tomarse una cerveza en un día caluroso, que es la de pagarla y que disfrutamos más, si somos invitados. Después regresamos a nuestra cueva, satisfechos y solos, porque tenemos lo que hemos robado o nos han dado, pero carecemos de algo nuestro, porque no dimos nada.

          Hay sexo en la satisfacción y en el saber usar los medios de los que se disponen. Pero la Sexualidad con mayúscula no puede existir sin el Amor.