En general
no importa lo que se vive, sino lo que se aprende al vivir.
Rodeados de
Vida, nos limitamos a pensar, que solamente vive lo que percibimos o aceptamos
como vida.
Habiendo experimentado
que, en un planeta incandescente, donde no había algo que pudiésemos llamar
vivo con nuestros conceptos actuales. La Vida creó formas y evolucionó, creando
cuanto existe ahora, simplemente modificando lo que había, conforme cambiaban
las circunstancias.
Tratamos de
crear una vida, una convivencia, donde se erradique la enfermedad, la
necesidad, el hambre y se establezca la libertad individual y personal de todos
sus ciudadanos.
Hemos creado
leyes durante milenios, que nos lleven a esa meta.
Hemos creado
medicinas, modificado genes, encontrado dietas milagrosas, enseñanzas y
filosofías que nos permitan existir en la felicidad y llegar a la buena salud
de la sociedad, la convivencia y del cuerpo.
Pero la
Vida, nos recuerda que solamente hay un método para permanecer sanos, libres y
felices en lo que somos: Aislarnos, cortar toda relación, no movernos de donde
estamos y recordar, que es peligroso cuanto nos alimenta: cuerpo, alma, mente,
espíritu y satisface nuestras emociones y sentimientos.
Si recibimos
el amor de nuestras mascotas: nuestras costumbres, miedos, virus, bacterias y
personalidad, penetran en ellas. Puede que durante siglos o milenios no les
afecte, que su sistema no pueda asimilar lo que les aportamos. Pero tarde o
temprano eso ocurrirá, y lo que hemos asimilado de ellos y lo que retornará
modificado, de lo que ellos recibieron de nosotros: Modificará y cambiará lo
que somos.
Toda individualidad
afecta y es afectada por el resto del Universo o de los Universos, existentes
en lo Absoluto.
Cualquier individualidad
afecta al resto de la Creación y es afectada por ella.
Un simple
virus, pequeño, insignificante, invisible para la mayoría de nosotros, podemos
reconocerlo por sus efectos. No importa nuestra personalidad, nuestros buenos
deseos o capacidad de compasión por ayudar a los demás: Si portamos el virus,
estamos condenados a llevarlo a cuantos convivan con nosotros, afectando su ser
individual.
La solución
es el confinamiento, el aislamiento, encerrar la individualidad propia, para
proteger la individualidad social.
Porque si
tratamos de defender la individualidad separada, podría destruir la individualidad
de la convivencia.
Pero la
Vida actúa así siempre. A pesar de ello, lo que aprendemos cuando somos
obligados a tomar esas decisiones, por errores cometidos, es a ser más egoístas,
a encerrarnos más en nuestra felicidad y salud individual, separada del resto
de la Individualidad de la Tierra.
Todavía somos
ignorantes, inconscientes de que es suficiente algo que no vemos, para poner en
peligro nuestra existencia egoísta, de separación.
Oriente,
sacrifica la individualidad personal, para establecer la del grupo. Pero usa un
peligro, para poner en peligro al resto de la Tierra, defendiendo y protegiendo
la individualidad China. Al aprovechar el pánico y las consecuencias de un
simple virus, para robar lo que habían construido otras individualidades
económicas.
Cualquier virus,
promueve una guerra, en el cuerpo, en la sociedad, en la Tierra, en el
Universo, cuando se carece de ética y dignidad.
No podemos
carecer del respeto por nuestra individualidad, pero para agrandar y fortalecer
el respeto por la Humanidad, por el Universo, por la Vida, que permite que se
conviva con Dignidad, Justicia y Humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario