Hay un
nombre como Existencia, que es entendido como el conjunto de individualidades
que tienen la capacidad de existir, todas ellas en conjunto, en unidad es lo
que llamamos Existencia.
Son entendimientos
como este y el hecho de que existir no es posible fuera de la dualidad, al
menos si es percibida y si además lleva nombre, podemos asegurar que sin
importar si hablamos de materia o espiritualidad, lo hacemos inmersos en la
dualidad.
La Existencia,
puede ser entendida como la manifestación del Uno, pero el hecho de que la
percibamos, la analicemos y que integremos cuanto existe en Uno, nos señala a
que estamos mirando desde la dualidad.
Cuando algo
es percibido, cuando conocemos, comparamos, unimos o separamos, sabemos su
nombre, o percibimos ese Uno o al Absoluto, no importa si quitamos el yo que
creemos ser, o lo hacemos espiritualmente entregándonos totalmente al Ser.
Desde el momento que sentimos o percibimos esa unión, que fuera y olvidada la
mente nos convertimos en Ser, o al menos es lo que se percibe por ese
desconocido, que nos observa sin ser advertido por nuestra percepción, todavía
estamos mirando desde la dualidad.
Shakyamuni
dice que un Dios, tras millones de años de realizar su función correctamente,
se ha perdido en su perfección y cree que es el Ser, en su Infinita Compasión
Buda le permite reencarnarse como humano, le es concedida una gran perfección y
capacidad de discernimiento y esfuerzo, para que probablemente en una sola
vida, consiga finalmente ser Buda.
También explicado
en varias historias o relatos, nos dice que Buda es Vacío, que ahí es el único
lugar donde se muestra como Buda.
Todo cuanto
nace a la existencia o manifestación de la Vida, nace ocupando un vacío donde
sólo puede existir su individualidad. Pero el vacío que ocupamos, es Infinito,
que sería el Vacío de la Naturaleza de Buda, el cual es uno solo. Todo ocupa un
mismo Vacío, sin Él nada podría nacer o existir. Nuestras partes ocupan un
vacío, donde todas ellas manifiestan la totalidad de nuestro Ser, del Vacío que
ocupa nuestro Absoluto.
Así es
arriba como abajo, dice Hermes Trimegistus. Todo tiene una Cara Original, antes
de que nazca su origen, sus padres, dice el sexto patriarca Hui Neng.
Nuestra existencia,
nuestro existir se realiza en el Ser, somos los vacíos que llenan el Vacío del
Ser, de Buda, de Dios.
Pero en el
momento en que nace el Ser, Buda, Dios, nosotros y lo demás, en el momento en
que nacen las polaridades y las diferenciamos, en el momento en que hay algo
que tiene nombre, hablamos de la visión percibida desde la dualidad.
Nada es lo
que parece. Nada es lo que se percibe, por los sentidos, por el conocimiento,
la sabiduría o la Iluminación. Incluso la Iluminación o el iluminarse, son
cosas que sólo son posibles desde la visión dual.
Sólo en el
Ser, se trasciende la dualidad. El Ser sólo puede existir en el Aquí y Ahora,
manifestado en la Eternidad Atemporal. Donde no hay pasado, no hay futuro, no
hay tiempo, ni espacio, donde las individualidades se manifiestan siendo, sin
poder percibir separación o individualidad propia, por eso se llama Naturaleza
del Ser.
El Ser no
es sólo como entidad o un algo o alguien, sino Ser lo que Es: “Yo soy el que
soy”, sin nombre sin percepción de qué es, ni tan siquiera de que se es.
No es
fácil, ni difícil hablar y explicar el concepto de dualidad o de absoluto. Pero
cuando hablamos del Absoluto, la dificultad está en que hay que hacerlo desde
el Aquí y Ahora, desde el Vacío que ocupamos, sin posibilidad de que podamos
hacerlo realmente si el que habla es ese vacío o lo que lo haría casi imposible,
alguna de las individualidades que nos integran.
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