No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 8 de mayo de 2020

EXISTIR

          Hay un nombre como Existencia, que es entendido como el conjunto de individualidades que tienen la capacidad de existir, todas ellas en conjunto, en unidad es lo que llamamos Existencia.
          Son entendimientos como este y el hecho de que existir no es posible fuera de la dualidad, al menos si es percibida y si además lleva nombre, podemos asegurar que sin importar si hablamos de materia o espiritualidad, lo hacemos inmersos en la dualidad.
          La Existencia, puede ser entendida como la manifestación del Uno, pero el hecho de que la percibamos, la analicemos y que integremos cuanto existe en Uno, nos señala a que estamos mirando desde la dualidad.
          Cuando algo es percibido, cuando conocemos, comparamos, unimos o separamos, sabemos su nombre, o percibimos ese Uno o al Absoluto, no importa si quitamos el yo que creemos ser, o lo hacemos espiritualmente entregándonos totalmente al Ser. Desde el momento que sentimos o percibimos esa unión, que fuera y olvidada la mente nos convertimos en Ser, o al menos es lo que se percibe por ese desconocido, que nos observa sin ser advertido por nuestra percepción, todavía estamos mirando desde la dualidad.
          Shakyamuni dice que un Dios, tras millones de años de realizar su función correctamente, se ha perdido en su perfección y cree que es el Ser, en su Infinita Compasión Buda le permite reencarnarse como humano, le es concedida una gran perfección y capacidad de discernimiento y esfuerzo, para que probablemente en una sola vida, consiga finalmente ser Buda.
          También explicado en varias historias o relatos, nos dice que Buda es Vacío, que ahí es el único lugar donde se muestra como Buda.
          Todo cuanto nace a la existencia o manifestación de la Vida, nace ocupando un vacío donde sólo puede existir su individualidad. Pero el vacío que ocupamos, es Infinito, que sería el Vacío de la Naturaleza de Buda, el cual es uno solo. Todo ocupa un mismo Vacío, sin Él nada podría nacer o existir. Nuestras partes ocupan un vacío, donde todas ellas manifiestan la totalidad de nuestro Ser, del Vacío que ocupa nuestro Absoluto.
          Así es arriba como abajo, dice Hermes Trimegistus. Todo tiene una Cara Original, antes de que nazca su origen, sus padres, dice el sexto patriarca Hui Neng.
          Nuestra existencia, nuestro existir se realiza en el Ser, somos los vacíos que llenan el Vacío del Ser, de Buda, de Dios.
          Pero en el momento en que nace el Ser, Buda, Dios, nosotros y lo demás, en el momento en que nacen las polaridades y las diferenciamos, en el momento en que hay algo que tiene nombre, hablamos de la visión percibida desde la dualidad.
          Nada es lo que parece. Nada es lo que se percibe, por los sentidos, por el conocimiento, la sabiduría o la Iluminación. Incluso la Iluminación o el iluminarse, son cosas que sólo son posibles desde la visión dual.
          Sólo en el Ser, se trasciende la dualidad. El Ser sólo puede existir en el Aquí y Ahora, manifestado en la Eternidad Atemporal. Donde no hay pasado, no hay futuro, no hay tiempo, ni espacio, donde las individualidades se manifiestan siendo, sin poder percibir separación o individualidad propia, por eso se llama Naturaleza del Ser.
          El Ser no es sólo como entidad o un algo o alguien, sino Ser lo que Es: “Yo soy el que soy”, sin nombre sin percepción de qué es, ni tan siquiera de que se es.
          No es fácil, ni difícil hablar y explicar el concepto de dualidad o de absoluto. Pero cuando hablamos del Absoluto, la dificultad está en que hay que hacerlo desde el Aquí y Ahora, desde el Vacío que ocupamos, sin posibilidad de que podamos hacerlo realmente si el que habla es ese vacío o lo que lo haría casi imposible, alguna de las individualidades que nos integran.



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