Alguien recibió un coche de regalo. Le gustaba tanto que le cuidaba y limpiaba continuamente. Incluso si sólo había cobijo para uno de los dos, dormía a la intemperie.
No conociendo su utilidad, no deseando
que se estropease, cuando viajaba, le llevaba cubierto con una funda y le
empujaba o tiraba de él, deseando que siempre pudiese conservarse inmaculado y
perfecto en su funcionamiento.
En su fuero interno sabía que no sabía
cómo funcionaba, que no sabía que podía moverse por sí mismo e incluso,
llevarle mucho más rápido a donde quería llegar.
Todos hablaban del coche, miraban bajo
el motor, el maletero, por dentro y por fuera, veían el movimiento de las
ruedas al girar el volante y que se negaba a ser movido al apretar un pedal o
subir una palanca.
Trataban de explicar quién le habría
creado o cómo sería, pero las explicaciones nunca llegaron a definir al coche,
sus estudios nunca llegaron a descubrir su utilidad, pasaron las generaciones
que iban heredando al coche, y a pesar de sus estudios, el coche sólo servía
para ser limpiado, empujado o sentarse en su interior a pensar y sentir la paz
que había en su interior, pues todos callaban admirados al estar en su
presencia.
De alguna manera, cuando el hombre es traído
de las estrellas o es el resultado de la evolución de una bacteria o de un pez,
o quizás es un mono curioso que caminaba sobre dos piernas, porque sentía asco
de comer con las manos sucias.
Lo que sí sabía era que tenía que
comer, esconderse o correr más rápido que los otros animales, para poder
despertar cuando salía la luz y podía ver.
El poder comer, el poder beber el agua
de los manantiales y ríos, porque la del mar le ponía malo y no le sabía bien,
el poder respirar sin saber que había oxígeno en el aíre que le rodeaba, la
haría sentir gratitud por poder hacerlo.
Un día que no encontraba qué comer,
agua o había subido demasiado al monte o se acercó demasiado a un volcán, vio
que el seguir viviendo dependía de todas esas cosas que le rodeaban.
Viendo los cataclismos, que si llovía
poco había poca comida y si llovía demasiado arrasaba la comida e inundaba las
cuevas. Que el viento, si había mucho arrancaba los árboles o podía despeñarte
por un acantilado. Que si estaba muy nublado o con niebla no veías y si había
demasiado sol te deslumbraba o quemaba. Que en invierno si había caído un rayo
y tenías fuego conservabas el calor y podías llegar a la primavera y que si el
fuego era demasiado grande quemaba los bosques, con animales y comida, incluso
a ellos.
Un día pensaría que todos dependíamos
de los demás, no sólo de los de la misma especie, sino de cuanto compartía la
Tierra con nosotros, donde se incluiría el Sol y la Luna.
El llegar a la conclusión, de que esa
dependencia era aun mayor y que todo el Universo depende de cada una de las
individualidades para Ser Universo como Es, debió de ser cuestión de tiempo.
El llamar a las partes individualidad,
y su unión en una sola individualidad Todo, es cuestión de encontrar formas de
entendernos al hablar.
Pero lo natural en sus construcciones,
era, que se aportaban individualidades para formar un todo. En cambio, en los
bosques donde encontraban su alimento, eran un todo donde crecían las
individualidades.
Veían llover y cómo los ríos repletos
de agua, la llevaban al mar, pensando si algún día el mar sería tan grande que no
quedaría tierra para los bosques y para ellos. Pero al ver que esto no sucedía,
pensaron que quizás era que los mares llenaban de agua las nubes de la lluvia.
No poniéndose de acuerdo, si primero
había sido un todo o una individualidad, decidieron darle un nombre a algo que
uniese ambas palabras: todo-individualidad y que por tanto debería ser anterior
a ese principio, si bien pienso, que no es hasta los principios de las
filosofadas del hombre cuando se deciden las explicaciones, de qué se debería entender
de esta palabra, sus significados y funciones en cuanto a la relación con las
otras palabras o nombres.
A ese Todo-Individualidad se le dio el Nombre de Dios, que daría origen a cualquiera de ambos conceptos y que por tanto sería anterior a ambos.
Pero las definiciones, es de suponer
que no fueron necesarias hasta el nacimiento de la filosofía, y por tanto
coincidiendo con el primer filosofador.
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