Debido a mi esfuerzo y
dedicación,
Llegué al séptimo
cielo, donde vive Dios.
Todo iluminado,
Me sentí abrumado,
Al no poder verlo,
Cegado por tanta luz.
Le pregunte por la
oscuridad,
Respondiéndome que se
había desterrado,
al ser destruida mirada
por la Luz.
¿Dónde se ha ido?,
Al Octavo cielo, donde
esperará eternamente,
Que al unirse las dos,
Dios no pueda verlas,
Al no poder ellas
Buscarle o
encontrarle,
Por nacer en su unión.
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